El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el primer ministro francés, Manuel Valls, han inaugurado el pasado viernes 20 de febrero en Montesquieu-des-Albères (Pirineos Orientales, Francia) la nueva interconexión eléctrica entre España y Francia, en presencia de Miguel Arias Cañete, comisario europeo de Cambio Climático y Energía, y de José Folgado y Dominique Maillard, presidentes de Red Eléctrica de España (REE) y de Réseau de Transport d’Électricité (RTE), respectivamente.
La nueva infraestructura eléctrica, con una longitud de 64,5 kilómetros totalmente soterrados, ha supuesto una inversión de 700 millones de euros y duplicará la capacidad de interconexión de España con Francia, pasando de 1.400 megavatios a 2.800. Este proyecto simboliza los tres ejes de la política energética europea, dado que contribuye a aumentar la seguridad del suministro de electricidad en Europa, a la lucha contra el cambio climático y al desarrollo del mercado único europeo de la electricidad.
Durante la inauguración, José Folgado destacó que el proyecto representa un paso importante en la construcción del mercado interior de la energía
y mostró su satisfacción por hacer realidad este reto tecnológico con un escrupuloso respeto por el entorno natural y con el apoyo de los municipios por los que transcurre el trazado
. Por su parte, el presidente de RTE señaló que esta obra es algo más que una línea, ya que es una contribución a la construcción de la inteligencia eléctrica europea, que permitirá transportar una electricidad más segura, más económica y más limpia por toda Europa
.
La interconexión entre España y Francia, que entrará en operación comercial en junio tras el actual período de pruebas, permite duplicar la capacidad de intercambio de electricidad entre los dos países, reforzar la seguridad del suministro eléctrico y una mayor integración de las energías renovables en el sistema eléctrico europeo. En el ámbito local, garantiza el suministro a las comarcas de Gerona y del Rosellón y permite dotar de la energía necesaria al tren de alta velocidad en el tramo Barcelona-Perpiñán. Asimismo, su puesta en servicio permitirá un ahorro de un millón de toneladas de CO2 al año.
Los 64,5 kilómetros de longitud de la línea enlazan los municipios de Santa Llogaia, cerca de Figueras (Gerona), con la localidad de Baixas, próxima a Perpiñán. El trazado es totalmente soterrado mediante una zanja de hormigón, excepto el tramo que cruza los Pirineos que se realiza a través de un túnel de 8,5 kilómetros que transcurre paralelo a la línea ferroviaria de alta velocidad.
De los 700 millones de euros de inversión, el proyecto ha recibido una subvención de 225 millones de la Unión Europea en el marco del programa EEPR (European Energy Programme for Recovery). Además, cuenta con la financiación del Banco Europeo de Inversiones a través de un préstamo de 350 millones de euros concedido a REE y a RTE.
Proyecto pionero
Esta nueva interconexión eléctrica entre Francia y España representa la consecución de diferentes hitos tecnológicos en el ámbito mundial, ya que es la primera vez que se realiza una interconexión subterránea de esta longitud a un nivel de potencia de 2.000 megavatios. Asimismo, se ha desarrollado un nuevo tipo de cables para transportar niveles de tensión de 320 kilovoltios en corriente continua.
El desarrollo tecnológico también ha alcanzado a las estaciones conversoras que se han construido en cada extremo de la línea y que son únicas en el mundo tanto por su tecnología como por la capacidad de invertir el sentido de los intercambios de energía entre España y Francia en tan solo 50 milisegundos.
En este proyecto, han participado más de 500 empresas, entre las que cabe destacar Prysmian, encargada de la fabricación del cable, y Siemens, que ha construido las dos estaciones conversoras, una a cada extremo de la línea. La perforación del túnel a través de los Pirineos ha corrido a cargo de un consorcio empresarial liderado por las compañías Eiffage TP y Dragados, y la obra civil ha sido realizada por otro, formado por Ferrovial y Thépault.