La Asociación Empresarial Eólica (AEE) ha informado que el sector eólico no ha instalado ningún megavatio en España en el primer semestre, lo que deja la potencia instalada total en 22.986 MW. Esto aleja cada vez más la posibilidad de cumplir el borrador de Planificación Energética del Gobierno, que cuenta con unos 5.000 MW eólicos y alrededor de 7.000 millones de euros en inversiones para poder cumplir los objetivos europeos de cara a 2020, que son vinculantes.
La AEE asegura que, sin nuevas inversiones en tecnologías limpias, las nuevas necesidades de electricidad tienen que cubrirse con combustibles fósiles importados. En los primeros cuatro meses del año, España es el país de la OCDE que más ha incrementado su generación con combustibles fósiles, según datos de la Agencia Internacional de la Energía (AIE).
De hecho, la mayor generación con carbón y con gas natural en España ha supuesto un aumento de las importaciones del 39% y el 32,8% de estos combustibles fósiles para producción eléctrica en el periodo, según la base de datos de Aduanas del Ministerio de Economía y Competitividad. Como consecuencia, las emisiones de CO2 en España se han incrementado un 116%.
El Gobierno ha anunciado que después del verano hará públicas las condiciones de la subasta de 500 MW eólicos con la que quiere reactivar las inversiones en el sector y retomar la senda de cumplimiento de los objetivos europeos. A juicio de la Asociación Empresarial Eólica (AEE), lo fundamental para ello es recuperar la confianza de los inversores corrigiendo aspectos fundamentales de la Reforma Energética, como la posibilidad de modificar cada seis años las condiciones económicas y, con ellas, la rentabilidad razonable, o la imposibilidad de que los parques eólicos recuperen parte de los desvíos entre el precio de mercado real y el que prevé el Gobierno.
Sin estos ajustes, según la AEE, será muy difícil que los inversores vuelvan a confiar en España a la hora de instalar nuevos parques. Además, es necesario que la convocatoria de subasta se ajuste a la realidad del sector, que establezca una rentabilidad para toda la vida útil de las instalaciones, y que tenga unas normas claras, entre otras cosas.
Finalmente vaticina que, si el mercado doméstico continúa paralizado (en el conjunto de 2014 se instalaron tan sólo 27 MW), la industria eólica española podría acabar por marcharse del país. La actividad exportadora continúa al alza (el sector eólico español exportó por valor de 418 millones de euros en el primer trimestre, lo que supone un aumento del 15,7% respecto al mismo periodo del año anterior, según datos del Ministerio de Economía), pero son necesarias medidas para dinamizar el mercado interno y aumentar la capacidad exportadora y la presencia internacional de las empresas, así como instrumentos que favorezcan la I+D y que propicien el desarrollo industrial.
Además, si no se toman medidas para incentivar la renovación de los 20.266 aerogeneradores instalados en España, en 2020 el 50% tendrá más de 15 de vida y el 20%, más de 20 años, lo que supondrá que se irá reduciendo el número de megavatios generados, y el país se alejará aún más de los objetivos europeos.