El Proyecto COCHALPEC (Development of electrodes based on copper chalcogenide nanocrystals for photo-electrochemical energy conversion), financiado en parte por una beca intraeuropea Marie Curie (IEF) de la Unión Europea y finalizado en mayo de 2015, ha desarrollado un método rentable de almacenar energía solar mediante la conversión a hidrógeno. Gracias a él, los Estados miembros podrán cumplir con la Directiva sobre energías renovables en la que se concretan los objetivos para cada país, que abarcan desde el 10% de Malta al 49% de Suecia.
El equipo de COCHALPEC descubrió un modo de lograr paneles solares eficientes y de bajo coste capaces de producir directamente hidrógeno solar. En su propuesta adoptaron materiales bidimensionales (esto es, materiales de una capa única) compuestos por una sola capa de átomos. Quizá el material bidimensional más conocido sea el grafeno, una capa única de grafito, que al igual que otros materiales bidimensionales ofrece propiedades electrónicas extraordinarias.
Sin embargo, resulta enormemente caro fabricar grafeno para que cubra una zona lo bastante amplia como para obtener suficiente energía solar útil. El equipo creó en consecuencia un método de fabricación rentable basado en el diseleniuro de tungsteno. Investigaciones recientes apuntan a que este material bidimensional ofrece propiedades conductoras similares al grafeno y podría utilizarse como material para la conversión eficaz de energía solar directamente en combustible de hidrógeno. Los ensayos finales lograron demostrar que este método rentable podría alcanzar tasas elevadas de rendimiento de conversión de energía solar en hidrógeno. Es más, el equipo responsable de esta innovación confía en la posibilidad de ampliar el método a escala industrial.