Una start up española ha desarrollado un prototipo de molino de viento con el objetivo de crear una solución para generar energía renovable proveniente de la eólica, de una forma más barata, limpia y sostenible, se trata de Vortex Bladeless y su principal novedad, a primera vista, es que elimina las hélices de los molinos tradicionales.
Partiendo del desastre ocurrido en el puente de Tacoma Narrows (cuya estructura, a causa del viento, comenzó a oscilar hasta que colapsó y se rompió), el equipo que forma esta empresa tuvo la idea de aprovechar la energía que generan los remolinos que se producen alrededor de la estructura y mueven a la misma.
Cuando la frecuencia de esos vórtices o remolinos alrededor de la estructura coincide con la frecuencia del movimiento de la propia estructura, se empieza a absorver energía y, por tanto, se da la circunstancia para convertirla en energía eléctrica.
Pruebas de campo
Tras los demostradores en túneles de viento, el primer campo de pruebas a pequeña escala de este sistema se ha ubicado en el municipio de Gotarrendura, en Ávila, donde se está implementando desde el verano de 2014. El rango de velocidad del viento va de 1 a 9 metros por segundo y el objetivo es alcanzar los 20 m/s.
Para trabajar en zonas con velocidad de viento muy cambiantes o inestables, Vortex ha diseñado un sistema que modifica la frecuencia de la resonancia natural de la estructura de forma dinámica.
Generación de energía limpia y barata
El principal objetivo de este prototipo multipatente es reducir los costes de producción y mantenimiento, consiguiendo así la obtención de energía de forma más barata. Según las estimaciones de Vortex, se puede conseguir un ahorro de hasta el 53% en costes de fabricación, el 51% en costes operativos y hasta un 80% en costes de mantenimiento.
En este desarrollo, la turbina se sitúa en la parte inferior de la estructura y no arriba del todo, por otro lado, debido a su carencia de palas, el espacio que necesita es, como mucho, un 30% del necesitado por los molinos de viento con hélices.
Según datos obtenidos de las pruebas realizadas, las turbinas pueden capturar hasta un 40% de la energía producida por el viento alrededor. Sin embargo, la capacidad de conversión en energía eléctrica es inferior a la de las turbinas convencionales en hasta un 70%, algo que sus creadores achacan al objetivo de reducir el deterioro por uso y conseguir el fin principal de ahorrar costes.
Cuidado del medioambiente
Paralelamente, se obtienen otros beneficios para el medio ambiente, como reducir y la huella de carbono, al necesitar menos componentes y no requerir de sustancias como lubricantes, ya que no hay piezas que estén en contacto con otras y, por tanto, se ha eliminado la fricción; reducir el ruido y la peligrosidad para las aves de la zona.
Debido a su tamaño y sus características, se trata de un prototipo que podría ser instalado en zonas urbanas, no sólo para una producción masiva, si no también a pequeña escala, así como en altamar; puede ser utilizado para generación distribuida e implementado para la integración de las renovables en las smart grids.
La tecnología ha sido financiada por una beca de la Fundación Repsol, inversores españoles y un préstamo del Gobierno de España. En abril de 2015, Vortex se reubicó en Boston y formó un Consejo Asesor con representantes de la Universidad de Harvard, IDEO, TerraForm Power (Grupo SunEdison) y Dat Venture. Por el momento, la start up está negociando con inversores de Estados Unidos para financiar la próxima Serie A del desarrollo. Asimismo, Vortex ha lanzado una campaña de crowdfunding, el pasado 1 de junio, para financiar parte de su proceso de comercialización.