Investigadores del Laboratorio de Electrónica Orgánica de la Universidad de Linköping (Suecia) han desarrollado un papel energético, un nuevo material con la capacidad de almacenar energía. El material consiste en nanocelulosa y polímero conductivo. Los resultados han sido publicados en Advanced Science. Actualmente, el incremento del uso de la energía renovable requiere nuevos métodos para el almacenamiento energético: de verano a inverno, en días de viento o días nublados y con esta innovación buscan dar una solución a este planteamiento.
Esta hoja de papel de 15 centímetros de diámetro y unas décimas de milímetro de grosor puede almacenar tanto como un 1 F, que es similar a los supercondensadores actualmente en el mercado. El material puede ser recargado cientos de veces y cada recarga solo lleva unos pocos segundos. El material, papel energético, se parece ligeramente a un papel plastificado. La estructura fundamental del material es nanocelulosa, que son fibras de celulosa las cuales, utilizango agua de alta presión, se rompen en fibras con un grosor de 20 nm de diámetro.
El nuevo material de polímeros de celulosa ha establecido un nuevo record en el mundo en la conductividad de iones y en la de electrones, lo que explica su capacidad excepcional para el almacenamiento energético. También abre la puerta al desarrollo continuo hacia una capacidad todavía mayor. A diferencia de las baterías y condensadores actualmente en el mercado, el papel energético se produce de materiales simples: celulosa renovable y polímero fácilmente disponible. Es de peso ligero, no requiere sustancias químicas peligrosas ni materiales pesados y es resistente al agua.
El proyecto del Papel Energético ha sido financiado por la Knut and Alice Wallenberg Foundation desde 2012. El nuevo papel energético es como una pulpa regular, que tiene que ser deshidratada cuando se hace papel. El reto ahora es desarrollar un proceso a escala industrial para esto.