La compañía sueca InnoVentum ha desarrollado una estación híbrida de recarga de vehículos eléctricos que autogenera energía renovable procedente de fuentes solar y eólica, con una forma muy peculiar y amigable: la de una jirafa (de ahí recibe su nombre: Giraffe). Elaborada con materiales renovables y reciclados, proporciona flexibilidad ya que combina una estación de energía con el cargador de vehículo que el usuario prefiera, permitiendo su recarga en un par de horas. De media, Giraffe proporciona autonomía energética a un vehículo de más de 100 kilómetros al día y en un año produce energía suficiente para conducirlo por todo el mundo.
Sin embargo, Giraffe no solo sirve como estación de recarga. Aquellos usuarios que no tengan vehículo eléctrico pueden utilizarla para conectarla directamente a la red eléctrica y abastecer así su vivienda. Otra opción que ofrece es funcionar como un sistema desconectado de la red para aquellos lugares donde el suministro eléctrico no es posible.
La eficacia de esta instalación híbrida se debe a la complementariedad de las energías solar y eólica. La eólica se genera sobre todo por la noche y los meses más frío del año, mientras que la solar sólo se produce durante el día, especialmente los meses de verano. En este sentido, la energía producida por una estación híbrida tiene un flujo energético mayor comparado con instalaciones eminentemente eólicas o solares. Por tanto, esta combinación garantiza el continuidad en el suministro energético durante el día y la noche, en verano y en invierno.
Densidad energética en espacio eficiente es otra de las ventajas, puesto que la producción energética por metro cuadrado es el doble comparada con soluciones del mismo tamaño basadas solo en generación solar o eólica. Además, el uso de madera asegura el silencio de la operación gracias a las fibras de la estructura que absorben las vibraciones y el ruido.
Un paso más: Giraffe 2.0
Recientemente, InnoVentum ha desarrollado una nueva versión de la estación energética híbrida: Giraffe 2.0, dirigida tanto para uso residencial como industrial, que consta de una turbina eólica de 3,5 kW situada a 12 metros de altura, 24 paneles fotovoltaicos de 6 kWp situados sobre la estructura de madera, 24 microinversores y un inversor eólico, así como de un sistema electrónico para monitorizar y conectar la red.
La nueva versión ha evolucionado a un diseño más orgánico y curvas más naturales. ‘El cuello de la jirafa’ es ahora tres metros más largo para evitar turbulencias eólicas y conseguir una velocidad del viento mayor. Además, la turbina cuenta con un área de barrido cinco veces mayor y su generación ha pasado de 1,75 a los 3,5 kW, lo que supone más de 6.000 kWh al año. También se han incluido ocho módulos fotovoltaicos, lo que se traduce en otros más de 2.000 kWh al año. En total, Giraffe 2.0 genera más de 8.000 kWh al año más que la versión anterior: produciendo entre 10.000 y 20.000 kWh, en función de la velocidad del viento y los niveles de irradiación solar.
Pero sus mejoras no solo se han producido en aspectos técnicos, sino también en espacio, dado que en el esqueleto de madera de la nueva versión pueden caber dos vehículos eléctricos para su recarga. Otra de sus aplicaciones es el suministro eléctrico de una casa de verano (agua caliente de termo, iluminación, equipamiento electrónico), ya esté conectada a la red o en localizaciones remotas, evitando así el uso de un generador diésel.
La posición de los 24 paneles fotovoltaicos en diferentes ángulos permite una producción de la energía estable, proporcionando energía solar durante cuatro horas adicionales comparadas con instalación fotovoltaica clásica. Esta producción estable de energía complementando generación eólica y solar alcanza los 13.800 kWh al año en países con baja radicación solar y vientos moderados, proporcionando aun así energía 24 al día durante todo el año.
Un total de 24 microinversores distribuyen la electricidad transformada de los paneles fotovoltaicos en la red. Los microinversores permiten que cada panel solar opere independientemente y control la energía de cada uno con una precisión de 99,6%. Esto supone un incremento significativo en el rendimiento del sistema completo (una media del 20%). Tiene la capacidad de diagnosticar fallos en los módulos de forma remota, precisa, rápida y fácil durante toda la vida de la instalación fotovoltaica.
Además, una herramienta de monitorización online con aplicaciones para dispositivos iOS y Android permite a los usuarios tener un control completo de la producción energética, comparar el rendimiento actual del sistema con otros días, semanas o meses así como revisar el pronóstico meteorológico local para comprender las variaciones en el rendimiento.
La primera instalación de Giraffe 2.0 tuvo lugar a primeros de 2015 en Västra Hamnen, la zona costera de la ciudad sueca de Malmo. La elección de este enclave reunía buenos niveles de viento e irradiación solar. El rendimiento de la instalación está siendo monitorizado por el Instituto Técnico SP de Suecia, cuyos datos están disponibles para el público.