En 2015, los países de la Unión Europea se comprometieron a reducir un 40% las emisisiones de de CO2 para 2030, un compromiso reafirmado durante la COP21. Con el fin de acompañar a este proceso, RTE ha realizado, con la participación de ADEME, un estudio sobre los efectos de los niveles de los precios de las emisiones de CO2 sobre el mix eléctrico. Una de sus principales conclusiones es que el aumento de los precios de CO2 disminuiría rápidamente las emisiones del sector eléctrico europeo y favorecería el desarrollo de las energías renovables.
Los trabajos realizados a partir de escenarios del balance provisional de RTE muestran que un precio de alrededor de 30 euros la tonelada de CO2, fijado al nivel europeo, permitiría disminuir rápidamente las emisiones del sector de manera significativa: un 15%. Un precio más elevado, en el orden de 100 euros la tonelada, originaría una reducción de las emisiones en el orden de un 33%.
A medio y largo plazo, el establecimiento de un precio elevado de cuotas de CO2 daría una señal favorable a la inversión en las energías renovables y podría facilitar la rentabilidad de los medios de flexibilidad como la monitorización de la demanda, el almacenamiento y también las centrales de gas.
Les travaux réalisés à partir des scénarios du Bilan prévisionnel de RTE montrent qu’un prix autour de 30 €/tonne de CO2, fixé au niveau européen, permettrait de diminuer rapidement les émissions du secteur électrique européen de façon significative (- 15%). Un prix plus élevé, de l’ordre de 100 €/tonne, engendrerait une réduction des émissions de l’ordre de 33 %. A moyen et long terme, la mise en place d’un prix élevé des quotas de CO2 donnerait un signal favorable à l’investissement dans les énergies renouvelables et pourrait faciliter la rentabilité des moyens de flexibilité comme le pilotage de la demande, le stockage mais aussi les centrales au gaz.
A medio y largo plazo, el estudio revela también que el precio del CO2 elevado animaría a los actores económicos a orientar sus inversiones hacia soluciones de producción eléctrica menos generadoras de CO2. El precio del CO2 aumentaría en particular la competitividad relativa de las energías renovalbes en relación con las energías fósiles y mejoraría también su integración en el mercado, disminuyendo su necesidad de subvención.