El Ayuntamiento de Barcelona quiere revertir el modelo energético vigente de la ciudad apostando por utilizar las energías renovables en lugar de los combustibles fósiles actuales, producir la energía de manera descentralizada y reducir los costes gracias al impulso del sector empresarial local. Asimismo, el nuevo modelo energético pretende alejarse de situaciones de pobreza energética y desigualdad y recuperar la gestión como servicio público.
El pasado 14 de julio, la teniente de alcaldía de Ecología, Urbanismo y Movilidad, Janet Sanz, expuso la hoja de ruta para liderar la transición hacia la soberanía energética de la ciudad y que será presentada en el próximo pleno municipal como medida de gobierno.
Para llevar a cabo este plan se han definido cinco ejes de actuación hasta el 2019. El primer paso es hacer un diagnóstico de la realidad energética municipal y territorial. También es básico desarrollar herramientas para facilitar la mejora energética y el uso racional de la energía en viviendas, edificios y espacio público. Es por ello que hay que promover la eficiencia energética, el autoconsumo y el uso racional de la energía.
También se pondrán en funcionamiento todas las herramientas necesarias para maximizar el potencial de generación renovable local. En este sentido es clave definir un plan para lograr el uso de las azoteas y las cubiertas de los edificios para generar energía eléctrica.
Otra de las iniciativas previstas es la creación de una comercializadora de energía pública para garantizar el suministro necesario para todas las personas con dificultades y situación de vulnerabilidad. Por último, se harán actuaciones para incrementar la cultura energética y promover un mecanismo de participación.