A 30 kilómetros de la isla alemana de Rügen, en aguas profundas del Mar Báltico, se está realizando un proyecto eólico marino de gran envergadura. Se trata de Wikinger (Vikingo), el parques eólicos offshore más grandes del mundo que, cuando entre en operación, a finales de 2017, producirá 350 MW gracias a sus aerogeneradores de última generación, suministrando así suficiente energía limpia y renovable para cubrir las necesidades eléctricas de más de 350.000 hogares alemanes, lo que evitará la emisión a la atmósfera de casi 600.000 toneladas de CO2 al año.
Este proyecto eólico marino tiene ADN español. Y es que, Iberdrola ha sido la encargada de realizar el estudio técnico del emplazamiento, así como la ingeniería y diseño del proyecto. En marzo de 2010 adquirió el 100% de los derechos para construir este complejo eólico marino a la joint venture formada por DEE Deutsche Erneuerbare Energien GmbH (Deutsche Bank Group) y Ventotec GmbH (GHF-Group). En ese momento, la instalación ya tenía los permisos del Gobierno alemán para la instalación de aerogeneradores flotantes. Tras un análisis exhaustivo del proyecto y el emplazamiento, la compañía consideró más adecuado utilizar aerogeneradores de gran tamaño sobre estructuras fijas directamente ancladas al fondo marino. Esta solución se ajusta mejor no sólo a las condiciones específicas del Mar Báltico sino al desarrollo tecnológico previsto en el momento de la construcción de la instalación.
El parque eólico marino de Wikinger, que está requiriendo una inversión de 1.400 millones de euros, está siendo desarrollado en el mar Báltico donde la profundidad oscila entre 37 y 43 metros. El emplazamiento cubre un área de unos 34 kilómetros cuadrados, en los que la compañía tiene previsto instalar 70 aerogeneradores, de 5 megavatios (MW) de capacidad unitaria, y una subestación marina.
En el proyecto están colaborando con Iberdrola empresas de varios países, encargadas de proveer a Iberdrola de los equipos, tecnología y servicios avanzados, que han sido elegidos tras resultar vencedores de competidos concursos internacionales. La compañía eléctrica no es la única empresa española que participa en este proyecto. Navantia ha sido encargada de construir Puerto Real (Cádiz) la subestación eléctrica para el parque eólico marino así como los 29 Jackets (plataformas para los aerogeneradores), fabricados en el astillero de Fene (Galicia); los 70 aerogeneradores, que alcanzan los 270 metros de altura, han sido realizados por Gamesa; las 70 torres de los aerogeneradores, 29 piezas de transición y 116 Pilotes que fijarán las plataformas o jackets por Windar en Avilés (Asturias). También participa Pine Instalaciones y Montajes, quien se encarga de la puesta en servicio de la subestación.
Subestación Andalucía, el corazón energético de Wikinger
La OSS (subestación en alta mar) es el corazón energético del parque eólico marino Wikinger, ya que recoge toda la energía producida por sus aerogeneradores en alta mar y la prepara para su transmisión a tierra para el suministro eléctrico de 350.000 hogares alemanes. Se trata de una gran obra de ingeniería diseñada por Iberdrola para resistir las condiciones extremas climatológicas donde irá instalada y está formada por dos secciones (superestructuras), que serán utilizadas por Iberdrola y 50 Hertz, operador del sistema eléctrico en esa parte de Alemania.
Construida íntegramente en el astillero de Puerto Real de Navantia (salvo los equipos eléctricos), esta subestación de distribución eléctrica, bautizada como Andalucía, pesa alrededor de 8.500 toneladas (más pesada que la Torre Eiffel y la Estatua de la Libertad juntas) y está compuesta por subestación, jackets o plataforma marina y pilotes. Su traslado, a bordo del remolcador Smit Sentosa, a aguas alemanas e instalación en el parque eólico marino Wikinger se desarrollaron el pasado mes de agosto.
Ya ha comenzado la puesta en marcha de los componentes eléctricos de la subestación, como transformadores, interruptores y sistemas de protección y control. Paralelamente, se ha llevado a cabo la instalación del cable de exportación de 50Hertz y el cable interior del parque, que conectará la subestación con los aerogeneradores. Cuando el parque de Wikinger entre en funcionamiento, la tensión de la energía producida por los aerogeneradores se subirá en la subestación de 33.000 a 220.000 voltios para ser transportada por el cable submarino de alta tensión de unos 90 kilómetros de longitud hasta la subestación eléctrica de Lubmin.
La subestación Andalucía es producto de 90.000 horas de ingeniería empleadas en su diseño. Ha sido la primera subestación marina construida con dos topsides y también la primera que ha sido diseñada usando una jacket de seis patas prepilotadas. El resultado es una subestación con una capacidad de operación totalmente automática y controlada de forma remota. Como curiosidad, dispone de una estructura de acero casi 2,3 veces más pesada que la de una central de ciclo combinado (4.550 toneladas vs. 2.000 toneladas) y el cableado instalado tiene alrededor de cinco veces más longitud que el de una subestación terrestre (150 kilómetros vs. 32 kilómetros).
Componentes para Wikinger
Las cimentaciones, tipo Jackets, entregadas en julio de 2016, han sido construidas en el astillero de Fene por el consorcio formado por Navantia-Windar. Cada jacket está formado por una estructura de celosía rematada por una pieza de transición que lo une con el fuste de la turbina. Los correspondientes pilotes de anclaje al fondo marino están incluidos en el acuerdo entre Iberdrola y Navantia-Windar. 630 toneladas, 62 metros de altura, una huella de 25×25 metros son las dimensiones de un jacket.
Durante agosto, continuó la entrega del resto de componentes de acuerdo con el contrato firmado en 2014 entre Iberdrola y Navantia-Windar. Ha consistido en la construcción y entrega sobre barco de 29 estructuras tipo jackets y 116 pilotes (cada uno de 350 toneladas) en el astillero de Fene y en las instalaciones de Windar en Avilés.
Finalmente, Pine Instalaciones y Montajes se encarga de la instalación del sistema eléctrico completo de la plataforma. Tras ello, aparte de realizar todos los trabajos necesarios para la unión final de las estructuras, está realizando la puesta en marcha de la subestación así como toda la logística necesaria para desarrollar trabajos en un entorno marino complejo, incluyendo un buque flotel offshore.