El Grupo de Control Avanzado del Departamento de Ingeniería de Sistemas y Automática de la UPV/EHU ha desarrollado un sistema de control, con el fin de que los generadores fotovoltaicos trabajen siempre en su punto de máxima potencia, adaptándolo en función del nivel de radiación recibido por el sol así como de la carga conectada al sistema. Esto supone una mejora en la eficiencia de los generadores fotovoltaicos con respecto a los sistemas de control actuales, aunque también requiere la utilización de procesadores y elementos más potentes y, por tanto, más costosos.
La principal ventaja que presenta el nuevo sistema de control frente a los sistemas de control que llevan instalados los generadores actuales es que «permite trabajar a los generadores en su punto de máxima potencia continuamente, en su punto de trabajo óptimo, y así aumenta su eficiencia. Los sistemas de control actuales suelen emplear algoritmos del tipo perturbación/observación, los cuales hacen que el punto de trabajo del generador fotovoltaico esté oscilando continuamente, por lo que no trabaja exactamente en el punto de trabajo óptimo sino que está oscilando en torno a este punto, lo cual hace disminuir su eficiencia», comenta Barambones.
El control deslizante es «apropiado», según Barambones, para sistemas que tienen incertidumbres, como los generadores fotovoltaicos: «no siempre hay la misma radiación, pueden pasar nubes, etc., o la carga que se conecta al generador también cambia. Este tipo de control, por sus características, es capaz de sobreponerse a esas incertidumbres, y adaptar el punto de trabajo del generador a las condiciones de cada momento, para que trabaje siempre en su punto óptimo».
A pesar de que las pruebas las han llevado a cabo en paneles fotovoltaicos comerciales, y podría ser implementado y utilizado industrialmente sin ningún problema, Barambones reconoce que el sistema tiene ciertas características que «pueden frenar su transferencia al mercado». Entre otras, está el mayor coste que los controles actuales, dado que tienen «mayor coste computacional, es decir, no se pueden implementar en los procesadores de bajo coste, y por ello hace falta procesadores con mayor capacidad de cálculo. Por lo que en muchos casos exigiría cambiar incluso el procesador. Faltaría realizar el cálculo de la diferencia de coste que exigiría y el porcentaje de eficiencia que se incrementaría al implementar estos nuevos esquemas de control».