Gas Natural Fenosa y el Grupo de Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su Hábitat (GREFA) han firmado un convenio para rehabilitar antiguas casetas de transformadores eléctricos fuera de funcionamiento y convertirlas en puntos de biodiversidad, favoreciendo la recuperación de especies protegidas.
Tres de estas construcciones en desuso han sido adecuadas recientemente para facilitar que se reproduzca y se refugie en ellas fauna salvaje como por ejemplo lechuzas, mochuelos, chovas piquirrojas y diversas especies de murciélagos. Las tres casetas de transformadores en las que se ha actuado se hallan en los términos municipales de Uña y Villalba de la Sierra (Cuenca) y Navas de Riofrío (Segovia) y en cada una de ellas se han instalado unos veinte nidales para aves y refugios para murciélagos. El investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales (perteneciente al CSIC), Guillermo Blanco, actúa como asesor científico del proyecto.
Las edificaciones fuera de uso existentes en zonas de hábitats naturales, seminaturales e incluso habitados por el hombre abren magníficas posibilidades para crear puntos de biodiversidad. “Así lo estamos haciendo desde hace años en los silos agrícolas para crear colonias de cernícalo primilla, un pequeño halcón migrador amenazado, y hemos empezado a hacerlo ahora para otras muchas especies en las casetas de transformadores, gracias a la colaboración de Gas Natural Fenosa”, indica Fernando Garcés, secretario general de GREFA.
El proyecto nace de la observación por parte de los naturalistas de GREFA de que ciertas especies utilizaban ya espontáneamente las casetas de transformadores en desuso como hábitat de cría y refugio. “El objetivo del proyecto es facilitar este proceso de modo que cada año se rehabiliten para la fauna varias casetas, de modo que podamos así tejer en el territorio toda una red de puntos de biodiversidad”, explica Garcés.