Red Eléctrica de España ha publicado el Informe del sistema eléctrico español del año 2016, con los datos más significativos de la actividad del sistema en un año en el que la demanda de energía eléctrica ha mantenido por segundo año consecutivo su tendencia de crecimiento al situarse en 265.009 GWh y registrar un alza del 0,7% respecto al año 2015.
En el sistema peninsular, que representa algo más del 94% de la demanda total española, el consumo anual de electricidad ha sido un 0,6% superior al del 2015. Los sistemas balear, canario y ceutí han experimentado también un alza en la demanda con respecto al año anterior, del 0,6%, 1,2% y 2,6%, respectivamente; y el sistema eléctrico de Melilla descendió un 2,4% con respecto al 2015.
Por regiones, la demanda de energía eléctrica ha experimentado un crecimiento generalizado en todas las comunidades autónomas, salvo en Cataluña, País Vasco, Cantabria y Melilla.
El máximo de potencia instantánea peninsular de este año se ha registrado, por primera vez, en el periodo de verano, concretamente el 6 de septiembre a las 13.32 horas, momento en el que la demanda alcanzó los 40.489 MW, apenas un 0,6% inferior al máximo del año anterior registrado en febrero, pero aún alejado del histórico de 45.450 MW del 2007.
Consumo de las grandes empresas
El Índice de Red Eléctrica (IRE), que recoge la evolución del consumo eléctrico de las grandes empresas, ha disminuido en el 2016 un 0,8% con respecto al 2015, una vez tenidos en cuenta los efectos de la composición del calendario y la evolución de las temperaturas.
Por sectores, el IRE industrial, que representa alrededor del 30% de la demanda, ha registrado un descenso del 0,9%, mientras que el sector servicios, que supone cerca del 13%, ha disminuido un 1,1%, una vez corregidos los efectos de la laboralidad y las temperaturas.
La producción renovable ha mantenido un papel destacado en el mix de generación del sistema eléctrico peninsular, ya que ha alcanzado el 40,8% del total, una participación superior a la que obtuviera en el 2015, en el que alcanzó el 36,9%. Este dato ha sido posible, principalmente, por el crecimiento del 25,5% de la producción hidráulica y por el descenso de la generación con carbón, cuya producción fue un 30,9% inferior a la del 2015.
Este aumento de la participación renovable en el mix de generación peninsular se ha traducido en un descenso en las emisiones de CO2 a nivel nacional derivadas de la generación eléctrica hasta alcanzar el nivel más bajo en los últimos diez años.