La isla Robben, en Sudáfrica, goza de una geografía tan sobrecogedora que durante siglos ha alojado una famosa prisión quemada por el sol y barrida por los vientos. En esta prisión es donde Nelson Mandela pasó 18 años durante su ardua, aunque finalmente exitosa lucha contra el apartheid. La isla, en la que la prisión es en la actualidad un museo viviente, se ha convertido en ejemplo de un futuro energético limpio.
Para dotar de electricidad a la isla Robben, declarada patrimonio de la humanidad por la UNESCO, que recibe hasta 2.000 visitantes diarios transportados por el ferry y aloja a más de 100 guías turísticos y empleados del museo, dispone de una micro red solar que acaba de instalar el Ministerio sudafricano de Turismo, construida con tecnologías avanzadas de ABB.
La micro red es esencialmente una red eléctrica a pequeña escala que permitirá a la isla Robben reducir drásticamente la utilización de generadores diésel, voraces consumidores de gasóleo y grandes contaminadores de dióxido de carbono, de los que anteriormente dependía la isla para su suministro eléctrico. ABB, que ya ha instalado más de tres docenas de micro redes en diferentes localidades, adapta esta tecnología a islas de todo el mundo o a cualquier ubicación en la que comunidades aisladas necesiten energía estable, limpia y sostenible, cuando no sea posible el acceso a la red eléctrica pública.
Características de la micro red
Los residentes ven esta solución como una nueva forma en la que la isla Robben puede inspirar al mundo con su visión y su ejemplo. Vusumzi Mcongo, uno de los guías turísticos de la isla que fue arrestado con 24 años y estuvo retenido como preso político asegura a sus 63 años: “La isla Robben debería ser siempre un símbolo de esperanza para cualquiera. Estoy seguro de que el futuro es ahora más brillante”.
La micro red cuenta con sofisticadas tecnologías digitales que le aportan una eficiencia óptima. La capacidad de supervisión remota de ABB Ability permite controlar y operar el sistema desde Ciudad del Cabo, a 9 kilómetros de distancia, a través de las peligrosas corrientes que rodean la isla. La configuración remota también elimina la necesidad de mantener personal de mantenimiento en la isla, donde la variabilidad del clima impide a veces el desplazamiento hacia y desde tierra firme.
La isla Robben, que también ha servido de puerto y faro, tiene las necesidades energéticas de una ciudad pequeña, equivalentes a las de 130 viviendas. Antes de que la micro red entrase en servicio, la isla dependía totalmente de generadores diésel que quemaban 600.000 litros de combustible al año, con un elevado coste y una importante contaminación atmosférica. Al permitir que la isla se alimente con energía solar al menos durante nueve meses del año, utilizando los generadores diésel sólo como reserva, la micro red podrá reducir los costes de combustible y las emisiones de carbono en un 75%.
Claudio Facchin ha declarado: “Las micro redes son un componente esencial de las redes eléctricas del futuro. La tecnología utilizada en la isla Robben es definitivamente un modelo de cómo podemos ayudar a desarrollar redes eléctricas más fuertes, inteligentes y verdes”.
La micro red de la isla Robben captura la energía solar mediante un conjunto de paneles fotovoltaicos situados al sudeste de la isla, que cubren un área equivalente a un campo de futbol y tienen una capacidad máxima de 667 kilovatios. Doce inversores solares convertirán la corriente continua (CC) variable generada en los paneles solares, en la corriente alterna (CA) necesaria para el consumo eléctrico en la isla. La micro red puede funcionar con energía solar durante el día, reforzada con baterías que pueden alimentar la red durante aproximadamente siete horas tras la puesta de sol.
El proyecto está integrado en una iniciativa de desarrollo turístico sostenible del Ministerio de Turismo y ha sido desarrollado por SOLA Future Energy, una compañía de ingeniería, adquisiciones y construcción.
Una ventaja adicional de la red inalámbrica es que no es necesario construir zanjas para cables, lo que ayuda a proteger el medio ambiente de la isla. En la isla Robben, que forma parte del patrimonio natural de Sudáfrica, residen más de 20.000 pingüinos africanos junto con manadas de marsupiales “springbok”, las mascotas nacionales de Sudáfrica, así como también sirve de santuario para diversos tipos de aves.
El Sr. Mongo, el guía turístico que valora la preservación de la naturaleza y el significado histórico de la isla Robben afirma: “Me apasiona este lugar en el que puedo aprender del pasado, porque el pasado me ha hecho como soy hoy”.