Iberdrola ha decidido completar el proceso de cierre de todas sus centrales de carbón en el mundo, fuente de energía que representa, actualmente, solo el 1,8% de la capacidad total del grupo, que asciende a 48.062 megavatios (MW), y el 1,5% de la producción eléctrica en los nueve primeros meses del año en curso: 1.596 GWh vs. 102.494 GWh.
En este sentido, la compañía ha solicitado en España la autorización de cierre de las centrales térmicas de Lada (Asturias) y Velilla (Palencia) ante el Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital, plantas que suman una potencia de 874 MW, una decisión mediante la que ratifica su compromiso de reducción de la intensidad de emisiones de CO2 en un 50% en el año 2030 respecto a los niveles de 2007 y de ser neutra en carbono en 2050.
En contraste, y como reflejo de su apuesta por las energías limpias y la sostenibilidad energética, el grupo Iberdrola ya cuenta con 28.778 MW de capacidad operativa a través de fuentes renovables de producción de energía, fundamentalmente eólica, tanto terrestre como marina (15.902 MW), e hidroeléctrica (12.756 MW).
Centrales españolas de Lada y Velilla
En esta línea, recientemente, y junto a otras relevantes compañías eléctricas europeas, Iberdrola ha pedido a la Comisión y Parlamento Europeo que apruebe unos objetivos medioambientales más ambiciosos para el año 2030, incrementando la cuota de energías renovables hasta el 35% frente a la propuesta actual del 27%.
Tras el cierre de las últimas plantas de carbón operativas de Iberdrola, que no incidirá en la seguridad del suministro eléctrico -la compañía cuenta con 5.695 MW de capacidad de respaldo en ciclos combinados de gas-, el porcentaje de la capacidad de producción de electricidad libre de emisiones del grupo quedará en el 68%, elevándose en España hasta el 76%.
En el caso concreto de las centrales españolas de Lada y Velilla, su cierre no afectará al firme y demostrado compromiso de la compañía con el empleo, ya que Iberdrola recolocará al 100% de la plantilla -90 empleados en Lada y 80 en Velilla- tanto en las labores de desmantelamiento de ambas plantas, que se extenderán durante cuatro años desde la fecha de aprobación de cierre por parte del Ministerio de Energía y supondrán una inversión cercana a los 35 millones de euros, como en otras instalaciones de la empresa. Las zonas ocupadas por Lada y Velilla serán objeto de una restauración paisajística.