Uno de los objetivos de la política energética en Europa en su lucha contra el cambio climático es fortalecer la interconexión de las redes eléctricas para un eficaz funcionamiento del sistema eléctrico en todos los países. Una red interconectada ayudará a alcanzar el objetivo de la Unión de la Energía: garantizar una energía asequible, segura y sostenible.
Debido al carácter peninsular de España y su consecuente aislamiento y mayor dependencia energética, el hecho de disponer de una mayor capacidad de intercambio eléctrico con sus países vecinos (Francia y Portugal) le permite tener una mejor seguridad de suministro, un aumento de la eficiencia y un incremento de la integración de renovables.
Por tanto, para países periféricos como España, este tipo de infraestructuras se convierte en pieza esencial para el desarrollo de un sistema adecuado que garantice las necesidades de suministro presente y futuro.
Con el objetivo de impulsarlas, nació INELFE (Interconexión Eléctrica Francia-España), una sociedad mixta participada por REE y RTE, que en 2015 construyó y puso en marcha la interconexión entre Baixas (Francia) y Santa Llogaia (España). Este enlace ha permitido duplicar el nivel de interconexión entre Francia y España, pasando de los 1.400 MW previos a su construcción, a los 2.800 MW, fortaleciendo también la calidad del suministro y las energías renovables.
Primera interconexión submarina
Tras este éxito, las dos entidades gestoras de la red de transporte eléctrico de Francia y España han querido seguir reforzando el enlace entre ambos países. Por ello, han puesto en marcha un nuevo proyecto para la primera interconexión eléctrica submarina, pasando por el Golfo de Vizcaya: entre municipios de Gatika (País Vasco) y Cubnezais (Aquitania), con una subestación en cada localidad.
Con una longitud de 370 kilómetros entre ambas subestaciones (110km en España y 260 km en Francia), 90 km son terrestres y 280 son submarinos. La interconexión se compone de cuatro cables, dos por cada enlace. Cada subestación conversora transformará la corriente continua en corriente alterna para conectarse a la red de transporte de electricidad de cada país.
Beneficios del nuevo enlace eléctrico
Este nuevo enlace eléctrico aumentará la capacidad de intercambio hasta 5.000 MW. Otras de las ventajas de este proyecto son la mejora de la garantía del suministro, ya que los sistemas eléctricos son más estables cuanto más mallados e interconectados están; el aumento de la eficiencia de los sistemas interconectados, lo que reduce la necesidad de centrales de generación para suministrar la punta de demanda así como los costes de generación.
También aportará mayores beneficios para el sistema eléctrico, ya que se establecen intercambios comerciales de electricidad aprovechando de forma más eficiente las diferencias en la producción de la misma en cada país; y el incremento de la integración de energías renovables, puesto que, la energía generada por estas fuentes, si no tiene cabida en el propio sistema, se puede enviar a otros en vez de desaprovecharla.
Con un presupuesto de 1.750 millones de euros, los reguladores nacionales habían acordado un reparto del 50% de los costes entre ambos países. Sin embargo, en enero la Unión Europea anunció la inversión de 578 millones de euros. Con esta aportación financiera, España financiará únicamente el 37% del proyecto, aproximadamente. Actualmente, se encuentra en fase de participación pública. Entre abril de 2018 y abril de 2020 se realizarán estudios de impacto e información pública. Está previsto que la interconexión eléctrica entre en funcionamiento en 2025.