European Climate Foundation (ECF, Fundación Climática Europea) y partners como ABB, Air Liquide BMW, Renault-Nissan, Enedis, ETUC, Eurobat, European Aluminium, The European Consumer Organisation (BEUC), Transport and Environment, IndustryAll, Lease Europe, Michelin y Valeo han lanzado el pasado 20 de febrero un nuevo informe que busca cuantificar los beneficios económicos y medioambientales que se reúnen desde un movimiento hacia vehículos de cero emisiones.
El informe, titulado Fuelling Europe’s Future: How the transition from oil strengthens the economy (Alimentando el futuro de Europa: cómo la transición desde el petróleo fortalece la economía), consiste en un análisis técnico y macroeconómico centrado en un escenario a medio plazo para el desarrollo de tecnologías de bajo carbono en vehículos y furgonetas, como materiales ligeros, hibridización, conducción eléctrica y pilas de combustible de hidrógeno.
Impacto en la economía de la UE
Las conclusiones son producto de seis meses de debate y análisis entre los consultores y el grupo de trabajo de expertos. Son las siguientes:
- El análisis muestra que para 2030 el cambio en los gastos de consumo de diesel y gasolina en el transporte por carretera reduciría el gasto de la UE en petróleo importado en 49.000 millones de euros.
- Un mayor gasto de las cadenas de valor automotrices e infraestructura europeas y hacia la producción nacional de electricidad e hidrógeno conduciría a un ligero aumento en el PIB y un adicional neto de 206,000 empleos en Europa y podría generar ahorros anuales para los automovilistas europeos. El impacto en la estructura del empleo requiere un monitoreo permanente para anticipar las consecuencias sociales del cambio estructural.
- El cambio a vehículos de bajo carbono y cero emisiones en Europa reduciría las emisiones de CO2 en un 88% comparado con el presente y las emisiones de material particulado de los escapes de los autos se reducirían en torno a 28.000 toneladas por año en 2018 a menos de 750 toneladas en 2050, lo que significa que se podrían evitar hasta 467.000 muertes prematuras.