Las renovables contabilizaron por 70% de la capacidad de generación energética que se sumó a nivel global en 2017. Se trata del mayor aumento de la capacidad de fuentes renovables en la historia moderna, según el Reporte 2018 sobre la Situación Mundial de Renovables (GSR, por sus siglas en inglés) de REN21.
No obstante, los sectores de calentamiento, enfriamiento y transporte –que, en conjunto, explican cerca de cuatro quintas partes de la demanda final de energía en el mundo– siguen presentado un retraso muy importante en comparación con el sector eléctrico.
Energías renovables
La nueva capacidad solar fotovoltaica (PV, por sus siglas en inglés) alcanzó cifras récord: la misma aumentó a 98 GW, es decir, un 29% respecto de 2016. Asimismo, la capacidad de energía solar PV añadida al sistema eléctrico global superó las adiciones netas en plantas de carbón, gas natural y energía nuclear combinadas. La energía eólica también contribuyó a la incorporación de renovables, con 52 GW agregados a nivel mundial.
En 2017, más de dos tercios de las inversiones en generación de energía fueron para las renovables. Esto se debió a un aumento de la competitividad de costos, así como a la participación de las renovables en el sector eléctrico, la cual se espera que siga creciendo.
Las inversiones en renovables estuvieron concentradas regionalmente: China, Europa y Estados Unidos representaron casi el 75% de las inversiones mundiales en renovables durante 2017. Sin embargo, cuando se mide por unidad del Producto Interno Bruto (PIB), se observa que las Islas Marshall, Ruanda, las Islas Salomón, Guinea Bissau y otros países en vías de desarrollo están invirtiendo en renovables tanto o más que las economías desarrolladas o emergentes.
Sector eléctrico
El informe 2018 sobre la Situación Mundial de Renovables (GSR) indica que en el sector eléctrico, la transición hacia el uso de renovables está en camino, “pero está avanzando con más lentitud de lo que es posible o deseable”.
Arthouros Zervos, presidente de REN21, destaca que “para lograr que la transición energética se lleve a cabo, es necesario que los gobiernos tengan liderazgo político, por ejemplo, al eliminar los subsidios a los combustibles fósiles y la energía nuclear, al realizar inversiones en la infraestructura necesaria, y al establecer políticas y metas energéticas duras para los sectores de calentamiento, enfriamiento y transporte. Sin este liderazgo, resultará difícil que el mundo cumpla con los compromisos climáticos y de desarrollo sostenible establecidos.”