Perspectivas sobre la transición energética en 2050, un informe de DNV GL

Portada del resumen ejecutivo del informe elaborado

El sector global de la energía, especialmente la electricidad, tiene por delante décadas de intenso y rápido crecimiento. Basándose en su experiencia y conocimientos, DNV GL ha elaborado un informe de perspectivas sobre la transición energética en el que pronostica cuáles son los cambios que se van a producir de aquí a 2030 y 2050.

Portada del informe anual Perspectivas de Transición Energética 2018, elaborado por DNV GL.

La perspectivas dibujada en este informe pretenden servir de ayuda a los analistas y responsables del sector energético en el desarrollo de las estrategias de crecimiento. El modelo planteado parte de datos referidos al año en curso, analizando con más detalle elementos como la expansión de las redes eléctricas y los costes, el hidrógeno o el impacto de la digitalización. El uso final de la energía y la eficiencia energética también han sido analizados.

Por no extendernos demasiado en los detalles del informe, queremos centrar nuestra atención en el análisis que se realiza del sector eléctrico.

Según dicho informe, a mediados de la década de 2030 la demanda mundial de energía final alcanzará 470 exajulios por hora, lo que viene a ser 130.566 TWh, un 17% más que en 2016. Después, hasta 2050 se producirá una desaceleración de esa tendencia, de manera que es cifra descenderá hasta los 450 exajulios (102.510 TWh).

Demanda global de energía por sectores. Fuente: DNV GL.

Esta tendencia vendrá ocasionada por un menor crecimiento de la población y de la productividad, una mejora de la eficiencia en el uso final de la energía y una menor participación de los combustibles fósiles en el mix energético.

Un dato que llama poderosamente la atención es que se vaticina un vertiginoso crecimiento de demanda mundial de energía eléctrica, pasando de 25 PWh/año en 2016 a 66 PWh/año en 2050.

En 2050, el consumo de la electricidad representará el 45% de la demanda total de energía, debido a una masiva electrificación de la demanda energética en todas las regiones y sectores, especialmente los edificios y la industria manufacturera. El transporte eléctrico también interviene en este rápido crecimiento, pero en menor medida.

Demanda global de energía eléctrica por sectores. Fuente: DNV GL.

En cuanto a la producción de energía, encontramos un pronóstico positivo. En los primeros años de 2030, los combustibles fósiles empezarán a perder hegemonía en el mix energético, de tal manera que para 2050 se equilibrará el porcentaje de energías renovables y no renovables, con mayor presencia de las primeras.

Asimismo, la producción de energía eléctrica estará dominada por las fuentes limpias: fotovoltaica, eólica terrestre, hidráulica y eólica marina, en este orden. Estas renovables todas juntas representarán el 80% de la generación eléctrica.

Evolución de la participación de las distintas fuentes generación en el mix energético. Fuente: DNV GL.

No obstante, debido al carácter variable de las energías solar y eólica, el estudio advierte de que se requiere aportar al sistema energético una flexibilidad adicional que se conseguirá a través de varias opciones, entre las que destaca almacenamiento y capacidad de responder a las altas demandas de energía por parte de las renovables.

Para responder a este escenario previsto, el informe de DNV GL indica la necesidad de un incremento masivo en la capacidad de las redes eléctricas. Será necesario también fortalecer las conexiones entre las plantas de generación renovable y las redes de transporte y distribución. Además, el envejecimiento de las redes eléctricas en determinadas regiones, como América del Norte y Europa, requiere una modernización.

Evolución de la participación de las distintas fuentes generación eléctrica. Fuente: DNV GL.

Se incide también en la necesidad de contar con infraestructuras adicionales como sistemas de almacenamiento energético de alta capacidad y nuevas tecnologías para dar respuesta a problemas de estabilidad de la red cuando las fuentes de energía renovables reemplazan a las centrales térmicas.

Se menciona también la digitalización como un importante instrumento para la transición energética, ya que permite mejorar los sistemas de control.

En lo que respecta a los costes del sistema energético global, el informe vaticina que se producirá un giro de gastos operativos a gastos de capital. El gasto de capital (inversión de capital) tanto en generación renovable como en redes se está acelerando, y superará las nuevas inversiones en el sector fósil para 2029 en adelante. Para el año 2050, el 47% de los gastos energéticos mundiales serán gastos de capital para las energías renovables y las redes eléctricas, frente al 17% de 2016.

 
 
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