En su transformación hacia un modelo eléctrico sostenible, Noruega se ha propuesto reducir en 2030 el 40% se las emisiones y ser neutral en la emisión de carbono en 2050. Como parte de esta transición hacia la neutralidad de carbono, en 2025 todos los autómoviles nuevos deberán ser eléctricos, medida que se extenderá a todo el tráfico aéreo nacional en 2040.
Gracias a esta estrategia energética, el país escandinavo se sitúa a la cabeza en la evolución hacia un modelo eléctrico sostenible. Según informa la Oficina de Comercio y Turismo de Noruega en España, el volumen de energía que precisa el transporte supone un cuarto del consumo total del país, por lo que consideran totalmente viable su electrificación.
Noruega es el país con mayor número de vehículos eléctricos per cápita del mundo. Sólo en 2017 el 21% de los vehículos nuevos eran eléctricos y si sumamos los modelos híbridos, el 52% de los coches vendidos en el país durante el año pasado fueron eléctricos o híbridos. Por lo que, por primera vez, el país escandinavo ha tenido una participación en el mercado de combustibles fósiles por debajo del 50 por ciento.
Claves para la transición hacia la neutralidad de carbono
Una de las claves que ha garantizado su éxito es el plan de ayudas que ha proporcionado a los ciudadadanos: eximiendo a los automóviles eléctricos nuevos de casi todos los impuestos, otorgando beneficios como estacionamiento gratuito o subsidiado, sistema de puntos de recarga y uso de autopistas, transbordadores y túneles.
La electrificación de la movilidad noruega afectará al transporte terrestre y aéreo. El país ha establecido como objetivo que en 2025 todos los automóviles, autobuses urbanos y furgonetas ligeras nuevos sean cero emisiones. Si echamos un vistazo al transporte ferroviario descubriremos que ya está electrificado en un 78%. Por su parte, todo el tráfico aéreo nacional deberá ser eléctrico para 2040.