Más de 600 millones de personas, el 65% del África subsahariana, carecen de acceso a la electricidad y otros cientos de millones más tienen un suministro no fiable e intermitente. Las infraestructuras tradicionales de energía exigen una inversión que estas poblaciones no pueden asumir. Ante estos desafíos, un estudio elaborado por un instituto de investigación ha identificado las microrredes como la alternativa más segura y asequible.
El Rocky Mountain Institute (RMI) ha elaborado un estudio que muestra cómo las microrredes rurales pueden escalar rápidamente en el África subsahariana al abordar las barreras clave y las vías de reducción de costes para reducir la inversión en más del 60% para 2020.
Las redes de distribución a pequeña escala con generación local, basadas principalmente en energía solar fotovoltaica y respaldadas por baterías o grupos electrógenos, para una alimentación confiable las 24 horas del día, los 7 días de la semana, pueden proporcionar niveles significativos de energía en lugares aislados y rurales.
Sin embargo, si bien existen ejemplos exitosos, las microrredes aún no han escalado en todo el continente debido a escollos económicos y normativos. Abordar y superar las barreras es fundamental para que las microrredes energéticas brinden beneficios a las poblaciones que más los necesitan.
RMI ha identificado un camino para hacer frente a estas dificultades y reducir en un 60% la inversión necesaria para implementar este tipo de infraestructuras. El instituto se muestra convencido de que seguir este camino aceleraría rápidamente el crecimiento de este mercado al reducir el costo nivelado de la electricidad generada por la microrred. El coste de generación de esta energía sería mucho más económico que el coste de otras alternativas, como los grupos electrógenos diésel o la extensión de la red tradicional basada en combustibles fósiles.
Pasos para reducir los costes de la microrred rural
Aprovechar la continua caída en los costes de las tecnologías de energía renovable mediante la compra masiva de componentes y la simplificación de las compras, desarrollar diseños modulares estandarizados y simplificar los métodos de construcción son algunas de las claves que aporta el RMI.
El RMI también aconseja a los promotores de estas infraestructuras que se aseguren de que la electricidad generada es totalmente utilizada por la población, poniendo el punto de atención en las áreas productivas y empresariales.
Involucrar a la comunidad y los grupos locales para registrar clientes, agrupar varias microrredes aisladas para mejorar la eficiencia, aunar esfuerzos entre promotores y autoridades locales para conseguir las mejores condiciones de financiación y establecer un marco regulatorio claro, con impuestos justos y estables, entre otras, son algunas de las claves que RMI aporta para garantizar el éxito de las microrredes rurales.