En 2030, el mercado eléctrico europeo necesitará menos subvenciones para las energías renovables, debido a que los costes de inversión tienden a reducir a medida que evolucionan las tecnologías. Este es uno de los datos más relevantes del Informe de precios y costes de la energía en Europa 2018, que vio la luz el pasado 9 de enero de 2019 y que contiene nuevos datos y análisis para construir la Unión de la Energía de una manera más sólida.

Energy prices and costs in Europe 2018 es el título en inglés de este informe que elabora la Comisión Europea cada dos años y que presenta datos y análisis detallados sobre tendencias en los precios y los costes energéticos de los hogares y la industria en la UE en su conjunto, en los Estados miembros y en varios países del G-20.
Aunque el estudio analiza todos los tipos de energía (electricidad, gas y petróleo), en este artículo de SMARTGRIDSINFO queremos centrarnos en la electricidad.
Los precios de la electricidad
El estudio de la CE destaca que en el periodo estudiado (2016-2018) se registraron los precios más bajos de los últimos años en el mercado mayorista de la electricidad, debido, fundamentalmente, a una mayor penetración de las tecnologías limpias, a la existencia de mejores interconexiones y a un mercado interno eléctrico más integrado.

Asimismo, estos menores costos de suministro, junto con las tarifas de la red, impuestos y gravámenes recientemente estables, permitieron que los precios de la electricidad en los hogares cayeran en 2017 por primera vez desde 2008.
Dicha estabilidad recaudatoria se debe, en parte, a la caída de los costes unitarios de las inversiones en energías renovables, que redujeron los ingresos necesarios para invertir.
En contrapartida, el informe advierte sobre la fuerte dependencia de recursos fósiles importados que aún existe en la UE. Esta situación es responsable de que el mercado eléctrico esté expuesto a las fluctuaciones generales que se producen en los precios de este tipo de combustibles.
En este sentido, se destaca la importancia de contar con un mercado único que ayuda a proteger a la UE cuando dichas fluctuaciones de precios afectan a un estado miembro concreto.

Apostar por las tecnologías de energía renovable autóctona, reducir las importaciones de petróleo y gas y perseguir la descarbonización de la UE se mencionan como estrategias clave para un mercado eléctrico más limpio, estable y asequible.
Fiscalidad de la energía
Una de las respuestas europeas a la inflación es la recaudación de impuestos sobre la energía, la cual se considera importante para equilibrar la macroeconomía de la UE. En 2016, estos impuestos ascendieron a 280.000 millones de euros, lo que equivale al 4,7% de los ingresos fiscales totales.
Al mismo tiempo, las subvenciones europeas a la energía también han aumentado en los últimos años, desde 148.000 millones de euros en 2008 hasta 169.000 millones en 2016. Este aumento estuvo impulsado por el crecimiento de las ayudas a las energías renovables, que alcanzaron 76.000 millones de euros en 2016. Sin embargo, las subvenciones a los combustibles fósiles siguen sin disminuir, alcanzando los 55.000 millones de euros.

¿Qué significa esto? Pues que la UE debería, tal y como indica el informe, eliminar de forma gradual las subvenciones a los combustibles derivados del petróleo, de conformidad con el Acuerdo de París y los objetivos de descarbonización de la economía.
Subvenciones a la energía
Aunque en este escenario son relevantes los fondos comunitarios para impulsar la descarbonización del sistema energético y aumentar la participación de las tecnologías limpias, el informe vaticina que para 2030 el mercado eléctrico europeo necesitará menos subvenciones.
Esta tendencia se explica por dos razones. El primer motivo lo hallamos en la caída de los costes de las tecnologías de energía renovable, junto con la mejora anticipada del funcionamiento del mercado europeo de energía eléctrica. En este contexto, la inversión privada podrá aportar ingresos cada vez más adaptados a las necesidades de financiaicón de toda o la mayoría de la nueva capacidad de generación eléctrica renovable en la próxima década.

Al mismo tiempo, las futuras inversiones en generación eléctrica procedente de combustibles fósiles van a encontrar dificultades para cubrir los costes, ya que carecerán de las subvenciones de las que hasta ahora han venido disfrutando.
Conclusión
El informe menciona que el crecimiento de la energía renovable juega un papel directo en la mitigación y disminución de los efectos negativos que conlleva la incertidumbre en los precios mundiales de los combustibles fósiles. De este modo, los ambiciosos objetivos para 2030 sobre energía renovable y eficiencia energética adoptados recientemente ayudarán a reducir tanto la dependencia de las importaciones como la vulnerabilidad a las perturbaciones que se generan en los precios mundiales de los combustibles fósiles.
Al mismo tiempo, las inversiones privadas en eficiencia energética y energías renovables sitúan a la UE en una trayectoria de cumplimiento del Acuerdo de París y estimularán la innovación necesaria para lograr la transición energética.