La isla Robben, situada a pocos kilómetros de la costa de Ciudad del Cabo (Sudáfrica), apenas ocupa una superficie de 500 hectáreas y cuenta con 130 viviendas, pero tiene las necesidades energéticas de una población con mayor densidad, ya que recibe 300.000 turistas al año, atraídos por su historia y sus paisajes. La pequeña isla es Patrimonio de la Humanidad y área natural protegida, circunstancias que llevaron al Gobierno de Sudáfrica a impulsar una microrred energética con la participación de empresas como ABB.

Conocida mundialmente por haber sido el lugar en el que Nelson Mandela pasó 18 años encarcelado, Robben Island también fue, durante casi 400 años, una prisión de la que resultaba prácticamente imposible escapar debido a las fuertes corrientes marinas que la rodean. Estas corrientes son las que dificultan que la isla pueda ser conectada a la red eléctrica de Sudáfrica.
Convertida en símbolo de la libertad y en uno de los destinos turísticos más populares de Sudáfrica, Robben Islan es también ejemplo de desarrollo sostenible. Sus instalaciones -un museo, 130 hogares, un faro y un puerto- pueden llegar a tener unas necesidades energéticas próximas a los 670 kW, abastecidos anteriormente por generadores diésel que consumían unos 600.000 litros de combustible al año.

En la actualidad, y gracias a la tecnología de ABB, la isla dispone de un campo fotovoltaico que genera 667 kWp y abastece a una microrred dotada de modernas tecnologías de comunicación inalámbrica. El sistema se completa con una solución de almacenamiento y con herramientas de gestión.
Una reducción del 75% en el uso de combustibles fósiles
La microrred permitirá a la isla Robben reducir drásticamente el uso de los contaminantes generadores diésel, única fuente de energía de la isla en el pasado. ABB, que ha instalado más de tres docenas de microrredes en varios entornos, considera que la tecnología es adaptable a entornos insulares o poblaciones remotas y de difícil acceso geográfico, que comparten la necesidad de tener energía limpia, sostenible y estable aunque se hallen totalmente aisladas de la red general de electricidad.
La red eléctrica a pequeña escala instalada en Robben está equipada con inversores solares que convierten la salida de corriente continua variable (CC) de los paneles solares en la corriente alterna (CA) necesaria para los servicios eléctricos. Siendo como es la principal fuente de energía, la microrred reducirá las emisiones de carbono y las demandas de combustible de los generadores diésel, que ahora sólo servirán como respaldo.

Internet de las Cosas hace posible que un sistema de comunicación inalámbrico, totalmente confiable y seguro, denominado ABB Ability TM, conecte la microgrid a todas sus instalaciones. Desde Ciudad del Cabo, un centro de operaciones monitoriza y controla la red eléctrica de la isla, así como la planta solar y las baterías que almacenan la energía generada por los paneles fotovoltaicos.
Telegestión basada en IoT
Esta configuración remota de las tareas de monitorización y control eliminan, por un lado, la necesidad de mantener una fuerza de trabajo en Robben, cuyo clima a veces puede impedir el traslado de los trabajadores entre la isla y el continente. Por otra parte, la solución inalámbrica también elimina la necesidad de trazar zanjas de cableado, lo que ayuda a preservar el hábitat local que, recordemos, es área natural protegida.

La principal fuente de energía de la microrred de Robben Island es, como ya se ha indicado anteriormente, una planta de paneles fotovoltaicos con una capacidad máxima de 667 kW. La energía capturada por esta infraestructura solar es almacenada por un banco de baterías que puede proporcionar energía durante aproximadamente siete horas después de que se ponga el sol. De esta manera, la isla se abastece de la energía procedente del sol durante nueve de los doce meses del año.

Por último, el sistema de almacenamiento ABB Ability PowerStore, con una capacidad de 500 kVA/837 kWh, se complementa con el sistema de control Microgrid Plus, cuyas capacidades basadas en la nube de Internet hacen posible la operación remota. El sistema de control permite la administración de la fuente de alimentación, incluido el almacenamiento de energía, dando equilibrio al uso de las fuentes de energía de manera que el diésel sólo participe dando apoyo a las placas solares en función de las fluctuaciones de la demanda.
Toda una labor de ingeniería puesta al servicio del desarrollo sostenible, para que la remota isla de Robben y sus habitantes puedan ser energéticamtente autosuficientes.