El estudio Transición del Sector Eléctrico: Horizonte 2030 de Protermosolar, que incorpora los datos de 2018 a su serie histórica, confirma el papel fundamental de la energía termosolar en el proceso de transición energética y descarbonizacion de la economía.
En un futuro proyectado a 2030, según el mix propuesto por la patronal, la contribución de las energías renovables a la generación eléctrica sería del 84% a un coste por debajo de 5c€/kWh, confirmando los resultados del informe anterior. Además, esta elevada contribución de las renovables a la generación de electricidad que plantea Protermosolar permitiría alcanzar el objetivo del 35 % de consumo de energías renovables en 2030, cumpliendo con los objetivos de la UE.
Reparto equilibrado de la potencia solar
El reparto equilibrado de la potencia solar entre energía fotovoltaica y termosolar es la clave del mix propuesto en el informe. Para ello, la patronal recomienda planificar con perfiles de despacho diferenciados a las tecnologías renovables apostando por su complementariedad estacional y horaria, al tiempo que se prescinde del carbón, las nucleares y parte del parque actual de ciclos combinados.
Además, este mix permitiría también una reducción significativa de los precios, puesto que los sistemas termosolares resultarían más competitivos frente al coste de gas y de las emisiones de los próximos años, así como una reducción significativa de las emisiones de CO2 y de vertidos de renovables.
Una respuesta al reto de la transición energética
El mix que propone Protermosolar pretende ser una respuesta sólida frente al reto de la transición energética. Para la patronal, una de las líneas básicas de actuación para alcanzar dicho objetivo pasa porque la energía fotovoltaica sea la tecnología que experimente un crecimiento exponencial en los próximos años y que, a medida que se vayan cerrando las centrales convencionales las centrales termosolares tomen el relevo, acompañadas por un crecimiento más constante de la potencia eólica y de biomasa.
No obstante, aunque su papel no sería esencial hasta pasados unos años, deberían establecerse subastas específicas de algunos cientos de MW termosolares para mantener a la tecnología española en la vanguardia mundial y poder participar activamente en el emergente mercado exterior.