Una energía accesible, asequible, segura, competitiva y sostenible para todos los europeos es el objetivo de la Estrategia de la Unión de la Energía, un plan de la Comisión Europea que más allá de la modernización de la política energética y climática, pretende impulsar la transición a la energía limpia en sectores clave de la economía europea. Esta semana la energía ha sido clave en el seno de la Comisión. Se ha publicado el cuarto informe sobre el Estado de la Unión de la Energía, acompañado de otros dos documentos que muestran el progreso realizado en materia de energía renovable y eficiencia energética.
Paralelamente, la Comisión también ha presentado un informe sobre la implementación del Plan de acción estratégico sobre baterías y una comunicación para una toma de decisiones más eficiente y democrática en la política energética y climática de la Unión Europea.
La Unión de la Energía
En febrero de 2015, la Comisión Europea adoptó una Estrategia marco para una Unión de la Energía. La publicación de esta estrategia creó un nuevo impulso para lograr la transición a una economía baja en carbono, segura y competitiva. El objetivo de la Unión de la Energía es proporcionar a todos los consumidores de la UE, hogares y empresas, una energía segura, sostenible, competitiva y asequible, abordando cinco áreas: seguridad de suministro, solidaridad y confianza; un mercado energético totalmente integrado; eficiencia energética; descarbonización de la economía; investigación, innovación y competitividad.
Las autoridades europeas destacan que la Unión de la Energía ha dado como resultado un marco integral y legalmente vinculante para una transición energética socialmente justa que garantice la descarbonización gradual de nuestra economía en línea con los compromisos internacionales en virtud del Acuerdo de París. También ha permitido a la UE aumentar su nivel de ambición de cara a 2030 en varios sectores relacionados con la energía, desde el aumento de los objetivos de energía renovable y la eficiencia energética, hasta los objetivos de emisiones de automóviles, furgonetas y camiones.
Asimismo, la Unión de la Energía ayudará a los consumidores al ahorro económico, y podrán participar activamente en el sistema energético al proporcionarles un papel como productores y consumidores de electricidad. La nueva legislación implementada con el paquete «Energía limpia para todos los europeos» reducirá los costos directos para los consumidores, por ejemplo, al restringir las tarifas de cambio que aún representan una parte sustancial de las facturas de energía. De manera más general, la Unión de la Energía se basa en la participación activa de los consumidores, por ejemplo, para generar electricidad para su propio consumo, almacenarla, compartirla, consumirla o venderla al mercado.
A su vez, la UE ha establecido un nuevo marco de gobernanza para implementar y desarrollar más la Unión de la Energía. Este nuevo reglamento solicita a los Estados miembros que desarrollen planes nacionales integrados de energía y clima que incluyan sus contribuciones nacionales a los objetivos colectivos de la UE y las políticas y medidas necesarias para lograr estas contribuciones por períodos de diez años. Todos los Estados miembros, incluida España, han presentado oficialmente un borrador de sus primeros Planes Nacionales de Energía y Clima para el período 2021-2030. Actualmente, la Comisión está evaluando estos proyectos en cooperación con los Estados miembros con el fin de emitir posibles recomendaciones antes del 30 de junio de 2019. Y se espera que los Estados miembros presenten sus planes finales antes del 31 de diciembre de este año.
Cuarto informe sobre el Estado de la Unión de la Energía
El cuarto informe sobre el Estado de la Unión de la Energía muestra el progreso realizado en la Unión Energética desde el inicio de la Comisión Juncker. Sobre la base de los resultados alcanzados hasta el momento, el informe establece normas legales, así como compromisos políticos y objetivos para un mundo más limpio y verde. Además, se tiene en cuenta la evolución de los desafíos globales ambientales, económicos y de competitividad.
En materia de electricidad, el informe destaca que la Comisión Europea ha apoyado proyectos para mejorar la red eléctrica y permitir una mayor captación de generación renovable. Advierten de que se necesitan inversiones en una escala mucho mayor para las redes eléctricas, tanto de transmisión como de distribución, una inversión estimada en más de 150 mil millones de euros para el período 2021-2030.
A estas nuevas inversiones añaden la necesidad de una mayor digitalización e inteligencia de las redes, así como el despliegue de nuevas instalaciones de almacenamiento.
Plan de acción estratégico sobre baterías
El informe sobre la implementación del Plan de acción estratégico sobre baterías destaca los avances logrados durante el año pasado en la puesta en práctica de las acciones clave establecidas para este fin. Ante el panorama de transición de energía limpia y movilidad, se espera que la demanda de baterías crezca de forma muy rápida en los próximos años, convirtiéndose en un mercado cada vez más estratégico a nivel global.
El potencial del mercado europeo podría tener un valor de hasta 250 mil millones de euros anuales a partir de 2025. Sin embargo, hoy en día la participación europea en la fabricación de células a nivel mundial es solo del 3% y se prevé que aumente entre el 7 y el 25% en 2028, mientras que Asia tiene una participación del 85%. Ante este panorama, para no quedarse atrás, Europa ha presentado este plan de acción.
La Comisión Europea subraya que son necesarias grandes inversiones en este ámbito, identificando las baterías como una cadena de valor estratégica. Tras la adopción del Plan de acción estratégico sobre baterías en mayo de 2018, la Comisión está trabajando junto con muchos Estados miembros y partes clave de la industria para construir un ecosistema de baterías competitivo, sostenible e innovador en Europa, que abarque toda la cadena de valor, abarcando la extracción de materias primas, abastecimiento y procesamiento, materiales de baterías, producción de células y sistemas de baterías, así como reutilización y reciclaje. Este es el principal objetivo de la European Battery Alliance (EBA), una iniciativa liderada por la industria, que la Comisión lanzó en octubre de 2017, para apoyar la ampliación de soluciones innovadoras y la capacidad de fabricación en Europa.
El informe publicado esta semana destaca los avances logrados durante el año pasado en la implementación de las acciones clave establecidas en el Plan de acción estratégico sobre baterías. Algunas de ellas son las oportunidades de financiación para apoyar la investigación y la innovación en baterías. El Programa Marco de Investigación e Innovación de la UE para 2014-2020, Horizonte 2020, ha otorgado 1.340 millones de euros para proyectos de almacenamiento de energía en la red y para movilidad con bajas emisiones de carbono. En 2019, Horizonte 2020 agregó un fondo adicional para proyectos de baterías por un valor de 114 millones, a lo que le seguirá una convocatoria en 2020 por valor de 132 millones de euros, que cubrirá las baterías para el transporte y la energía.
Futuro próximo
Volviendo al cuarto informe sobre el Estado de la Unión de la Energía, el comisario europeo de Acción por el Clima y Energía, Miguel Arias Cañete, ha destacado que con este informe “repasamos las acciones que hemos llevado a cabo en los últimos años, pero el documento también es un buen recordatorio de lo lejos que tenemos que llegar”.
En definitiva, aún queda por hacer. Desde ahora y hasta el año 2030, el diálogo entre los Estados miembros y la Comisión Europea en materia de Energía y Clima será clave. Tras la evaluación del borrador de los Planes Nacionales de Energía y Clima presentados por los Estados miembros comentados anteriormente, y las recomendaciones emitidas por la Comisión Europea para el 30 de junio de 2019, los Estados miembros adoptarán sus planes finales antes del 31 de diciembre.
El próximo informe sobre el «Estado de la Unión de la Energía», ya el quinto, se publicará antes de octubre de 2020. Para entonces, desde la Comisión Europea destacan que ese nuevo documento estará en condiciones de enfatizar el progreso conseguido a través de la implementación del marco legislativo acordado, así como nuevos desarrollos en otras acciones.