El informe ‘Sudeste Asiático Energy Outlook 2019‘, perteneciente a la serie emblemática World Energy Outlook de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), junto con dos estudios de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) centrados en la región asiática: ‘El futuro de la refrigeración en el sudeste asiático’ y ‘El análisis de integración de energía renovable’; refleja las prioridades de los principales líderes energéticos de esta zona de Asia.
Según el informe de la AIE, la región está en camino de lograr el acceso universal a la electricidad para el año 2030. Desde el año 2000, millones de personas del sudeste asiático han obtenido acceso a la electricidad, aunque todavía unos 45 millones de personas no disponen de energía eléctrica.
De manera paralela, la creciente demanda del combustible ha provocado que se dispare la producción dentro de la región, lo que convertirá a esta zona en un gran importador neto de combustibles fósiles. Este aumento, costoso, está generando preocupaciones referentes a la seguridad energética, focalizado a la dependencia de la región a las fluctuaciones de los mercados mundiales de energía y más vulnerable a eventos geopolíticos impredecibles.
Consecuencias del combustible fósil
Desde el año 2000 ha habido un aumento del 80% en la demanda total de energía en el sudeste asiático viéndose superado por el doble de uso de combustible fósil. Este hecho ha provocado una gran preocupación por la contaminación del aire y el aumento de las emisiones de CO2, relacionados con la energía.
Para frenar el uso de combustibles fósiles, se espera que la inversión en las energías renovables aumente y que la capacidad renovable se expanda un tercio en los próximos cinco años, basándose en la energía solar fotovoltaica y la energía hidroeléctrica.
Según los datos aportados por el informe Sudeste Asiático Energy Outlook 2019, las fuentes renovables de generación de energía representarían solo alrededor de un tercio del aumento de la demanda de electricidad hasta 2040 si no se producen cambios en las políticas actuales.
Según la configuración de políticas actual, la demanda energética general del sudeste asiático crecerá en un 60% entre ahora y 2040. Todos los combustibles y tecnologías juegan un papel en el cumplimiento del aumento proyectado: la demanda de petróleo supera los 9 millones de barriles por día (mb/d) en 2040, por encima de poco más de 6.5 mb/d en la actualidad. La demanda de carbón aumenta constantemente.
Esto conllevará a diversas consecuencias como un auge de las muertes prematuras anuales a consecuencia de la contaminación del aire exterior y doméstico, que se cifra en más de 650.000 para 2040, frente a las 450.000 estimadas en 2018. Además, el crecimiento proyectado en el consumo de combustibles fósiles generaría un aumento de dos tercios en emisiones de CO2, llegando a casi 2.400 millones de toneladas en 2040.
Acciones para las energías renovables
El informe señala que para cambiar estas cifras y conseguir que la región sea más eficiente, se requieren cuatro pilares esenciales. Primero, se requiere una ampliación masiva del despliegue de las energías renovables, y después la mejora de la eficiencia energética.
En tercer lugar, eliminar de manera gradual los subsidios al consumo de combustibles fósiles para estimular un consumo de energía más sostenible y decisiones de inversión. Y, por último, abordar los problemas heredados, sobre todo abordando las emisiones.