La Cumbre del Clima más larga de la historia. Si las fechas previstas de la 25ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP25), presidida por Chile y celebrada en Madrid, eran del 2 al 13 de diciembre, las intensas negociaciones hicieron que el evento se prolongara dos días más, hasta el 15 de diciembre. El acuerdo adoptado sienta las bases para que, en 2020, los países presenten compromisos de reducción de emisiones más ambiciosos para responder a la emergencia climática (contribuciones nacionalmente determinadas, NDC, por sus siglas en inglés).
Los países deberán presentar compromisos climáticos antes de la próxima Cumbre del Clima que se celebrará en 2020 en la ciudad escocesa de Glasgow, de tal manera que Naciones Unidas pueda elaborar un informe de síntesis previo a la COP26 que indique la situación respecto al objetivo del Acuerdo de París de mantener la temperatura del planeta por debajo de 1,5ºC.
Ocho grandes objetivos estaban planteados para la COP25, y se lograron alcanzar siete de ellos. Uno de los más relevantes, regular la compra y venta de los bonos de carbono, se quedó pendiente. Se trata del artículo 6, que busca regular el mercado de carbono para incentivar la implementación de acciones por parte del sector privado. Las partes no alcanzaron un acuerdo en este sentido, aunque sí se establecieron importantes avances en los documentos técnicos de tal forma que se permita avanzar de cara a Glasgow 2020.
Mayor ambición climática
Entre los logros alcanzados, destaca el gran acuerdo global por la ambición climática, lo que significa que los 197 países se han comprometido a presentar más y mejores compromisos nacionalmente determinados, donde los países van a tener que exigirse al máximo para cumplir este objetivo. En concreto, 114 países manifestaron su compromiso a trabajar en la actualización de sus NDC para el 2020 aumentando la ambición.
También se consiguió que 121 de los 197 países se comprometieran ya a la neutralidad de carbono en 2050. Entre esos países se encuentra España. Para lograrlo, nuestro país se ha fijado reducir una de cada tres toneladas de CO2 en la próxima década, duplicando el consumo final de energía renovable en 2030.
“El mandato es claro: los países tenemos que presentar contribuciones nacionales más ambiciosas que las actuales en 2020, es importante responder a las demandas de la gente y de la ciencia, y comprometernos a hacer más y más rápido”, indicó la ministra para la Transición Ecológica en funciones, Teresa Ribera.
Por otro lado, en el acuerdo denominado “Chile-Madrid Tiempo de Actuar” las partes lograron consensuar materias relacionadas con los océanos y la tierra, confirmar la importancia de la ciencia para la toma de decisiones, contar con un plan de implementación para género y cambio climático, renovar el mecanismo asociado a la protección frente a los impactos del cambio climático (pérdidas y daños), y la extensión en cinco años del programa de Global Climate Action relacionado con la promoción e implementación de acción climática por parte de actores no estatales como gobiernos locales y empresas.
Algunos hitos de la COP25
Algunos de los hitos reseñables de la COP25 fueron el acuerdo por parte de una veintena de bancos españoles para alinearse con el Acuerdo de París; que el Fondo de Adaptación logró movilizar 89 millones de dólares de varios países, entre ellos España; así como que también se haya duplicado el número de multinacionales comprometidas a ser neutras en carbono en 2050.
Asimismo, cabe destacar la presentación que hizo la Unión Europea del Nuevo Pacto Verde (Green New Deal), un paquete de medidas ambicioso para afrontar la emergencia climática y comprometerse con la neutralidad climática en 2050. Este plan incorpora una hoja de ruta con una serie de actuaciones para impulsar el uso eficiente de los recursos mediante el paso a una economía limpia y circular y detener el cambio climático, revertir la pérdida de biodiversidad y reducir la contaminación. El Pacto Verde Europeo abarca todos los sectores de la economía, especialmente, entre otros, el de la energía.
Energy Day
Precisamente la energía tuvo un papel relevante durante la Cumbre del Clima en Madrid. De hecho, tuvo un Día de la Energía (Energy Day) el 10 de diciembre, en el que los ministros de Chile y Colombia lanzaron la meta regional para América Latina y el Caribe sobre Energías Renovables, que busca aumentar la participación de la energía renovable hasta alcanzar un promedio de un 70% en la zona para el año 2030.
Durante las dos semanas de duración de la COP25 se desarrollaron encuentros de alto nivel en el ámbito de la energía, además de las finanzas, la ciencia, la industria y el transporte, entre otros. Una de las características de esta Cumbre fue el cambio de rumbo en el paso de la negociación a la acción, transversalizando la acción climática a todos los sectores productivos para hacerlos parte de la solución. Por primera vez en la historia de las COP se realizaron reuniones de alto nivel con los ministros que lideran los principales sectores emisores y capturadores de Gases de Efecto Invernadero (GEI): ministros de Agricultura y Energía, además de la celebración del Día del Transporte.
Impulso a las energías renovables
El Pabellón España en la Zona Azul, el espacio administrado por la ONU y en el que se han desarrollado las sesiones de negociación, concentró durante la celebración de la COP una intensa actividad, marcada por interesantes debates para impulsar la acción climática global, entre ellos los relacionados con las energías renovables. Entre otras cosas, quedó patente el papel de estas últimas, que será fundamental en el proceso de transición ecológica y en el logro del principal objetivo: la neutralidad climática en 2050.
En este sentido, el secretario de Estado de Energía en funciones, José Domínguez Abascal, indicó que el siguiente paso que el sector necesita dar para aumentar la ambición climática es poner fin a las energías basadas en combustibles fósiles y desplegar de forma rápida métodos basados en las renovables. “Ya son rentables y tienen un coste mucho más bajo que ninguna otra”, afirmó en la Cumbre.
Además, durante la celebración de la COP25 se llevó a cabo la firma de importantes acuerdos en materia de energías limpias. Por citar algunos, el Banco Europeo de Inversiones (BEI) firmó varios convenios para financiar destacados proyectos renovables en nuestro país.
Energía eólica y fotovoltaica
En materia eólica, cabe destacar el acuerdo firmado por la Asociación Empresarial Eólica (AEE) que se sumó al compromiso de desarrollo de energías renovables junto con otras asociaciones españolas, y representantes de Argentina, Chile, Colombia, Ecuador, México, Perú, Uruguay. Un acuerdo firmado en el marco del Energy Day de COP25, y con el que el sector eólico español se identifica como tecnología clave para liderar la transición hacia un modelo energético mundial más sostenible.
Asimismo, en el ámbito de la energía fotovoltaica, la Unión Española Fotovoltaica (UNEF) y la International Solar Alliance (ISA) firmaron un convenio de colaboración para que los más de 60 países que forman parte de ISA puedan aprovechar la experiencia española y europea para diseñar un marco regulatorio adecuado para impulsar el desarrollo del sector fotovoltaico y renovable.
Por otro lado, en la Cumbre del Clima en Madrid, se presentaron diversos informes relacionados con las renovables, como el informe ‘Flexibility Solutions for High- Renewable Energy Systems’, presentado por Acciona, que pronostica que las energías renovables aportarán el 68% de la generación eléctrica en España en 2030 y casi el 90% en 2050, frente al 40% actual. O el informe presentado por la Agencia Internacional de Energías Renovables (Irena) que, con el título ‘NDCs in 2020: Advancing Renewables in the Power Sector and Beyond’, exhorta a los países a elevar de manera significativa su nivel de ambición en el terreno de las energías renovables y a adoptar metas para transformar el sistema energético mundial en la próxima ronda de contribuciones determinadas a nivel nacional.
Zona Verde de la COP25
La movilización de más de 30.000 personas y la organización de más de 600 actividades por jóvenes, ONG, sociedad civil, instituciones y empresas, son las cifras que hacen balance de la Zona Verde de la COP25, el área dedicada a la sociedad civil. Todas ellas iniciativas que han mostrado la necesidad de trabajar en la misma dirección para lograr, entre otros fines, el desarrollo de herramientas innovadoras para medir el impacto del cambio climático, apostar por un transporte menos contaminante, ciudades más resilientes y un sector empresarial comprometido con la sostenibilidad.
En los 3.000 metros cuadrados de este espacio tuvieron lugar exposiciones, charlas, juegos, y otras acciones bajo la premisa de que hay que actuar ya y sin dejar a nadie atrás.
‘Tiempo de actuar’ ha sido el lema de esta COP25. Ahora los países tienen que trabajar para presentar objetivos más ambiciosos de cara a la próxima Cumbre que se celebrará en Glasgow en 2020. Todo ello para conseguir una acción climática más potente y justa en el mundo.