El Ayuntamiento de Calatayud (en Zaragoza), Endesa y la Fundación Ecología y Desarrollo (Ecodes) han extendido un año más el proyecto piloto Reluce. Se trata de un sistema de gestión del consumo de electricidad mediante un sistema prepago e información sobre el ahorro que fomenta el consumo eficiente de la energía y el control de gasto de las familias. Entre otras cosas, la iniciativa permite establecer la limitación de potencia como alternativa al corte de suministro eléctrico.
El objetivo de esta segunda edición es realizar una serie de mejoras en la operativa, así como seguir de forma más cercana la experiencia de las familias para, en un futuro, estudiar una posible escalabilidad del procedimiento como mecanismo para mitigación de la pobreza energética.
Entre las mejoras previstas para este año, se establecerá que la información periódica que actualmente se está facilitando se refiera al coste variable eliminando el efecto del término fijo, de manera que se pueda seguir con mayor facilidad la correlación de la energía realmente consumida y el importe asociado a la misma.
A su vez, en esta segunda etapa del proyecto se va a llevar a cabo un seguimiento más cercano de los participantes, a través de talleres sobre ahorro energético y visita a los hogares para asesorar sobre los equipos y realizar análisis de consumos personalizados.
Balance del primer año
El proyecto Reluce se lanzó a finales de 2018, y las 18 familias participantes pudieron reducir el consumo de energía en un 6% y rebajar su gasto en un 23%. Además, casi el 70% de ellas han conseguido ajustar sus consumos a las recargas propuestas.
A través del programa, el usuario es informado mediante SMS, de forma semanal, sobre la evolución de su saldo y de la previsión de necesidad de recarga, si fuera necesario, para llegar a final de mes.
Cuando el saldo está próximo a terminarse o en caso de detectar un elevado ritmo de consumo, los participantes reciben un aviso en el móvil informándole sobre la necesidad de realizar una recarga. Si no la realizan y se quedan sin saldo, la potencia queda reducida hasta un nivel que les permita cubrir las necesidades básicas, evitando el corte de suministro. En este sentido, solamente ha sido necesario aplicar la reducción de potencia en nueve ocasiones.
Según los datos aportados, para el 81% de las familias este sistema de información, a través del cual han conocido periódicamente su saldo, ha generado tranquilidad, seguridad y capacidad de prever sus gastos para organizarse económicamente y adecuar su consumo. Un control del gasto que también se ha visto optimizado gracias a los contratos y al sistema de recarga.
Entre otras cosas, la extensión del proyecto permitirá obtener más información sobre la factibilidad de este mecanismo como alternativa al corte de suministro.