Europa instaló 15,4 GW de nueva energía eólica en 2019, de los cuales tres cuartas partes pertenecen a la energía eólica terrestre, con un total de 11,8 GW, mientras que la nueva eólica marina sumó 3,6 GW. Son los datos que se desprenden del nuevo informe publicado por WindEurope, ‘Wind energy in Europe in 2019’, en el que se revela que en la actualidad Europa cuenta con un total de 205 GW de energía eólica, lo que representó el 15% de todo el consumo de electricidad en el continente el año pasado.
Por países, España fue el segundo país que más energía eólica instaló, con 2,3 GW terrestres. Después de varios años con cifras más bajas, nuestro país alcanzó su mayor tasa de instalación desde 2009.
En el ranking, el primero fue el Reino Unido (2,4 GW, tanto en tierra como en alta mar), el tercero Alemania (con 2,2 GW, terrestres y offshore), seguido de Suecia (1,6 GW, todo en tierra) y Francia (1,3 GW, también en tierra).
Respecto a estos datos, desde WindEurope destacan que Alemania, que durante mucho tiempo ha sido el motor de la industria eólica en Europa, se estancó, ya que solamente instaló 1,1 GW de energía eólica terrestre el año pasado, su nivel más bajo desde el año 2000.
Continuando con el balance de 2019, el informe refleja que en toda Europa se anunciaron nuevas inversiones por valor de 19.000 millones de euros en parques eólicos, con una capacidad de 11,8 GW, y se adjudicaron 15 GW de nueva capacidad en subastas y licitaciones gubernamentales.
Ritmo insuficiente para alcanzar los objetivos
Las instalaciones de 2019 aumentaron un 27% en comparación con 2018, pero desde WindEurope subrayan que la tasa de instalaciones debe duplicarse para alcanzar los objetivos establecidos en el Acuerdo Verde Europeo. El CEO de WindEurope, Giles Dickson, destaca que el viento supuso el 15% de la electricidad de Europa, “pero no se construyen suficientes parques eólicos nuevos para cumplir el objetivo de la UE que sitúa a la energía eólica para generar la mitad de la electricidad de Europa en el año 2050″.
“Esto requiere un nuevo enfoque para planificar y permitir una inversión continua en redes eléctricas. Los planes nacionales de energía y clima para 2030 son cruciales. La UE necesita asegurarse de que sean ambiciosos y rigurosamente implementados», añade el CEO de WindEurope.