Investigadores de la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M) han publicado un estudio cuyos resultados pueden ayudar a mejorar la seguridad de los dispositivos de generación de energía basados en hidrógeno. En concreto, han detectado que las llamas de hidrógeno pueden propagarse incluso con poco combustible, dentro de espacios sorprendentemente estrechos y se extienden conformando estructuras fractales.
Los resultados de esta investigación pueden resultar de utilidad para los equipos de ingenieros que diseñen sistemas de almacenamiento de hidrógeno, que necesitarán tener en cuenta su extrema inflamabilidad, incluso en espacios muy estrechos.
Propagación de las llamas de hidrógeno
El estudio, publicado en el último número de la revista Physical Review Letters, detalla los resultados de unos experimentos que han mostrado que las llamas de hidrógeno pueden sobrevivir en condiciones más extremas de lo que se pensaba anteriormente.
El uso del hidrógeno como combustible puede ayudar a reducir las emisiones de dióxido de carbono, pero su almacenamiento y transporte presenta ciertos riesgos. En este estudio los investigadores han demostrado que el gas se puede quemar en situaciones inesperadas. Para ello, el equipo experimentó con diluciones de combustibles gaseosos en un espacio de unos milímetros de ancho y encontró que el hidrógeno se podía quemar de forma estable incluso si su concentración era tan solo del 5%.
Desarrollo de la investigación
Las llamas de hidrógeno son difíciles de detectar, ya que son casi invisibles a simple vista y emiten muy poco calor radiante. Para detectarlas, los investigadores utilizaron un método especial para trazar su desplazamiento y una cámara de alta velocidad para rastrear las trayectorias que siguen las llamas durante su propagación. Comprobaron que van creando un fractal al extenderse, adoptan una forma geométrica cuya estructura básica se va repitiendo a diferentes escalas.
El hidrógeno se configura como una energía limpia y eficiente. En un futuro próximo las tecnologías de generación de energía basadas en él verán incrementado significativamente su uso. Por ello, la investigación sostiene que el diseño y el protocolo de seguridad de estas tecnologías tendrá que contemplar estos nuevos regímenes de propagación.