DNV GL ha publicado el informe ‘Energy Transition Outlook 2020’, que muestra que las ramificaciones económicas y de comportamiento de la COVID-19 reducirán permanentemente la demanda mundial de energía. En comparación con el pronóstico pre-pandémico, la demanda se reducirá entre un 6% y un 8% cada año hasta 2050.
La COVID-19 ha provocado cambios de comportamiento en el consumo de energía, como lo demuestra la reducción de viajes de larga distancia y el aumento del teletrabajo, responsables del pico en la demanda para el transporte y el petróleo en 2019. En este sentido, el estudio de DNV GL ‘Energy Transition Outlook’ pronostica que estas tendencias tendrán efectos sociales duraderos, lo que implica un importante impacto en la demanda energética de edificios comerciales y transporte.
De esta manera, se prevé que las emisiones de CO2 caigan un 8% este año, lo que convierte al 2019 en el año pico de emisiones de dióxido de carbono. No obstante, el informe señala que se superará el presupuesto de carbono para un futuro de 1,5 grados en 2028, a no ser que se repita el ahorro de emisiones de 2020 todos los años hasta 2050.
Debido a que el gas se convertirá en la principal fuente de energía en 2026, tiene un papel fundamental, pero el documento pronostica que solo el 13% del gas se descarbonizará a mediados de siglo. El hidrógeno ha recibido un impulso gracias a las políticas europeas, pero solo contribuirá con el 6% de la demanda energética para 2050. El gas descarbonizado, en el que se incluye el hidrógeno, es crucial para reducir las emisiones de industrias difíciles de abatir, pero que requieren un fomento masivo de la política para lograr un impacto notable.
Aunque es necesario acelerar la transición energética para un futuro más sostenible, el estudio prevé que dentro de una generación las energías renovables y los combustibles fósiles tendrán aproximadamente una parte igual de la combinación de energía, en comparación con la división 20-80 actual.
Se espera que la participación de la electricidad en la combinación energética final se duplique en 2050, con la energía solar fotovoltaica y la eólica contribuyendo con un 31% cada una. En cuanto a la energía eólica marina flotante, DNV GL espera una nueva industria grande con 250GW instalados para mediados de siglo.
Transición energética asequible
Como proporción del PIB, la humanidad gastará menos en energía en 2050, concretamente un 1,6% del PIB mundial, en comparación con el 3% de 2018. Por esta razón, los responsables de la formulación de políticas tendrán un margen adicional para emprender las acciones necesarias a fin de descarbonizar la combinación energética.
En cuanto a los vehículos eléctricos, DNV GL prevé que para 2032 la mitad de las ventas de automóviles nuevos serán eléctricos, lo que conllevará una reducción de la demanda de petróleo del transporte por carretera de alrededor del 56% de 2018 a 2050.
De acuerdo con el informe, otra clave para reducir el uso de la energía y las emisiones en la que deberían trabajar los responsables políticos es la captura y el almacenamiento de carbono (CAC) para la descarbonización del gas natural, incluida la producción de hidrógeno azul.