El nuevo informe de la Agencia Internacional de la Energía (IEA, por sus siglas en inglés) ofrece recomendaciones sobre cómo responder a los nuevos retos de los cambios en los sistemas eléctricos, como las amenazas cibernéticas, los fenómenos meteorológicos extremos, y la creciente participación de la generación de electricidad variable a partir de energía eólica y solar. El informe, Power Systems in Transition, es el primer gran estudio global que examina en profundidad estas tres áreas clave para el futuro de la seguridad eléctrica.
El informe ha sido presentado, el pasado 27 de octubre, en la Segunda Conferencia Ministerial Mundial sobre Integración de Sistemas de Energía Renovable, que es copatrocinada por la IEA y el Gobierno de Singapur.
El desafío para los gobiernos y las empresas de servicios públicos es actualizar las políticas, las regulaciones y los diseños del mercado para garantizar que los sistemas de energía permanezcan seguros durante las transiciones de energía limpia. El nuevo informe de IEA describe los pasos clave para lograrlo.
Flexibilidad, digitalización y resiliencia
Un objetivo esencial es hacer que los sistemas sean más flexibles para que puedan adaptarse sin problemas a la producción de electricidad variable a partir de la energía eólica y solar. Esto incluye aprovechar al máximo la flexibilidad que ofrecen las centrales eléctricas existentes que pueden generar electricidad cuando sea necesario, así como aumentar las inversiones en redes y otras fuentes de flexibilidad, como las tecnologías enfocadas en la gestión de la demanda y los recursos de almacenamiento.
Sin embargo, la inversión global en estas áreas está disminuyendo, una tendencia que se ha visto exacerbada por la crisis del COVID-19. Un aumento en las inversiones debería ser facilitado por mercados mejor diseñados que recompensen los recursos del sistema de energía que brindan flexibilidad y capacidad.
La creciente digitalización de los sistemas eléctricos, el auge de las redes inteligentes y el cambio a una distribución más amplia de los recursos de generación ofrecen muchas oportunidades y beneficios. Pero con las amenazas cibernéticas ya sustanciales y en aumento, es imperativo fortalecer las medidas de resiliencia cibernética y convertirlas en una parte central de la planificación y operación de los sistemas de energía. Los gobiernos pueden lograr esto a través de una amplia gama de enfoques normativos.
Por otro lado, los efectos del cambio climático conllevan a la necesidad de que los sistemas eléctricos sean más resistentes a los impactos de los cambios en los patrones climáticos, el aumento del nivel del mar y los eventos climáticos más extremos. Esto se puede lograr dando una alta prioridad a la resiliencia climática en las políticas de seguridad eléctrica y estableciendo mejores estándares para guiar las inversiones necesarias. Mejorar la resiliencia de los sistemas eléctricos al cambio climático también ofrece múltiples beneficios.
Mejores prácticas, recomendaciones y medidas
El nuevo informe de IEA identifica las mejores prácticas y lecciones aprendidas de todo el mundo. También proporciona un conjunto de recomendaciones para marcos institucionales que establecen responsabilidades, incentivos y reglas claras; medidas para identificar, gestionar y mitigar riesgos; y protocolos para monitorizar el progreso, responder y recuperarse, incluso a través de ejercicios de respuesta a emergencias.
La ampliación del trabajo de IEA sobre los retos de seguridad energética incluirá el próximo año un informe especial que proporcionará una evaluación prospectiva del suministro global de minerales críticos para las tecnologías de energía limpia.