Las baterías que son más sostenibles a lo largo de su ciclo de vida son clave para los objetivos del Pacto Verde Europeo, promueven la sostenibilidad competitiva y son necesarios para el transporte ecológico, la energía limpia y para alcanzar la neutralidad climática en 2050. Bajo esta premisa la Comisión Europea (CE) propone modernizar la legislación de la UE sobre baterías, lanzando su primera iniciativa entre las acciones anunciadas en el nuevo Plan de Acción de Economía Circular.
La demanda de baterías está aumentando rápidamente y se prevé que aumente 14 veces en 2030. La propuesta de la Comisión Europea aborda los problemas sociales, económicos y ambientales relacionados con todo tipo de baterías (industriales, de vehículos eléctricos y portátiles). Defiende que las baterías comercializadas en la UE deberían ser sostenibles, de alto rendimiento y seguras durante todo su ciclo de vida, y al final de su vida útil deben reutilizarse o reciclarse.
Las medidas que propone la Comisión pretenden alcanzar unas baterías más eficaces que harán una contribución clave a la electrificación del transporte por carretera, lo que reducirá significativamente sus emisiones, aumentará la adopción de vehículos eléctricos y facilitará una mayor proporción de fuentes renovables en la combinación energética de la UE.
El reglamento propuesto define un marco que facilitará la reutilización de las baterías de los vehículos eléctricos para que puedan tener una segunda vida, por ejemplo, como sistemas de almacenamiento de energía estacionarios o para la integración en las redes eléctricas como recursos energéticos.
Requisitos obligatorios de las baterías
La Comisión Europea propone requisitos obligatorios para todas las baterías comercializadas en la Unión Europea, como el uso de materiales de origen responsable, un contenido mínimo de materiales reciclados, huella de carbono, rendimiento, durabilidad y etiquetado, así como cumplir con los objetivos de recolección y reciclaje.
Con esta propuesta, la Comisión pretende impulsar la economía circular de las cadenas de valor de las baterías y promover un uso más eficiente de los recursos con el objetivo de minimizar el impacto ambiental de las baterías. A partir del 1 de julio de 2024, solo se podrán comercializar baterías recargables para vehículos industriales y eléctricos para las que se haya establecido una declaración de huella de carbono.
Además, se propone establecer nuevos requisitos y objetivos sobre el contenido de materiales reciclados y la recolección, tratamiento y reciclaje de baterías al final de su vida útil. Para mejorar significativamente la recolección y reciclaje de baterías portátiles, el porcentaje actual del 45% de recolección debería subir al 65% en 2025 y al 70% en 2030. Otras baterías, industriales, automotrices o de vehículos eléctricos, deben recogerse en su totalidad. Y todas las baterías recolectadas deben reciclarse y alcanzar altos niveles de recuperación, en particular de materiales valiosos como cobalto, litio, níquel y plomo.
Desde 2006, las baterías están reguladas en la UE según la Directiva de baterías (2006/66/EC), por lo que es necesaria una modernización del marco normativo. La Comisión Europea destaca que proporcionar seguridad jurídica ayudará a desbloquear inversiones a gran escala y a impulsar la capacidad de producción de baterías innovadoras y sostenibles en Europa, y fuera de sus fronteras, para responder al mercado en rápido crecimiento.