La Comisión Europea ha adoptado una propuesta de revisión de la normativa de la UE sobre las redes transeuropeas de energía (Reglamento RTE-E) para contribuir a la aceleración de la modernización de las infraestructuras energéticas transfronterizas de Europa y alcanzar los objetivos del Pacto Verde Europeo.
El Reglamento RTE-E establece normas para el desarrollo oportuno y la interoperabilidad de las redes transeuropeas de energía. Ha contribuido a alcanzar los objetivos de la política energética de la UE y al aumento de las interconexiones energéticas en toda Europa.
Sin embargo, el avance hacia una economía climáticamente neutra impulsada por energías limpias en Europa requiere nuevas infraestructuras adaptadas a las últimas tecnologías. La política sobre RTE-E fomenta esta transición a través de proyectos de interés común (PIC), que deben contribuir a la consecución de los objetivos europeos de reducción de emisiones para 2030 y de neutralidad climática de aquí a 2050. El reglamento revisado seguirá garantizando que las nuevas iniciativas respondan a los objetivos de integración del mercado, competitividad y seguridad del suministro.
Propuesta de la Comisión Europea
El nuevo Reglamento RTE-E promoverá la integración de las energías renovables y de las nuevas tecnologías energéticas limpias en el sistema de energía, seguirá conectando regiones actualmente aisladas de los mercados energéticos europeos, reforzará las interconexiones transfronterizas existentes y fomentará la cooperación con los países socios. Además, contribuirá a la construcción de la infraestructura transfronteriza proponiendo maneras de simplificar y acelerar los procedimientos de autorización y concesión de permisos.
La propuesta de la Comisión Europea incluye la obligación de que todos los proyectos cumplan los criterios ineludibles de sostenibilidad, en línea con el Pacto Verde Europeo; una actualización de las categorías de infraestructuras subvencionables, poniendo fin a las ayudas para el petróleo y el gas fósil; el impulso a las redes eléctricas marinas, un nuevo énfasis en las infraestructuras de hidrógeno, normas actualizadas para promover la adopción de redes eléctricas inteligentes; nuevas disposiciones sobre inversiones en redes inteligentes para integrar los gases limpios en las redes existentes, una atención continua a la modernización de las redes y del almacenamiento eléctrico, y a las redes de transporte de carbono; nuevas disposiciones relativas al apoyo a iniciativas que conecten a la UE con terceros países, para trabajar conjuntamente en la consecución de los objetivos energéticos y climáticos globales; un marco de gobernanza revisado, así como medidas para simplificar los procedimientos administrativos.