La Circular 2/2021 publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE) el 10 de febrero, y aprobada por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), establece la metodología y condiciones del etiquetado de la electricidad para informar sobre el origen de la energía eléctrica consumida y su impacto medioambiental. De esta manera, los consumidores podrán conocer el origen de la electricidad que consumen y su impacto sobre el medio ambiente.
En base al derecho de los consumidores a disponer de información transparente, veraz y contrastable, la circular aprobada establece la metodología y condiciones relacionadas con la información que las empresas comercializadoras de energía eléctrica deben proporcionar de forma obligatoria a sus clientes acerca del origen de la electricidad por ellas vendida y su impacto sobre el medio ambiente. También determina las condiciones para que un consumidor de electricidad pueda, de manera voluntaria, conocer el origen de la electricidad por él consumida y, en su caso, difundir dicha información a terceros.
Además, los anexos de la Circular detallan los pasos necesarios para la elaboración del etiquetado, cuyo resultado final incluye la contribución de cada una de las fuentes de generación de energía eléctrica en la energía comercializada, el impacto ambiental asociado en emisiones de CO2 equivalente y de residuos radioactivos de alta actividad, la clasificación energética de cada empresa desde la letra ‘A’ a la ‘G’ en función del impacto ambiental y los formatos a utilizar para mostrar la información mencionada.
Elaboración de la circular
El expediente de la Circular 2/2021 de la CNMC se sometió a información pública en diciembre de 2020, proceso en el que se analizaron las alegaciones recibidas. La circular obedece a la necesidad de actualización de la Circular 1/2008, de 7 de febrero, de la Comisión Nacional de Energía, estableciendo los ajustes necesarios para adaptarse a los cambios desde su publicación.
También introduce mejoras a partir de la experiencia de la elaboración del etiquetado en los últimos años, a la vez que simplifica el método de cálculo del etiquetado de electricidad, siguiendo los criterios y recomendaciones establecidas en la metodología resultante del proyecto auspiciado por la Comisión Europea ‘Reliable Disclosure Systems for Europe (RE-DISS)’, que es la más ampliamente empleada en la Unión Europea.