Red Eléctrica de España (REE) llevará a cabo un proyecto de interconexión eléctrica submarina entre las islas de Tenerife y La Gomera. El proyecto aportará estabilidad, garantía y capacidad de respuesta ante posibles caídas de la red, además de ser una oportunidad para abordar la descarbonización de la economía y la reducción de la dependencia de combustibles fósiles. El proyecto garantizará asimismo la mínima repercusión medioambiental durante su ejecución.
El proyecto de interconexión está enmarcado dentro de los objetivos europeos y nacionales de descarbonización de la economía, buscando la reducción de las emisiones de efecto invernadero en 2030 y la mayor integración de las energías renovables hasta conseguir un sector eléctrico 100% renovable en 2040 en Canarias, diez años antes del horizonte fijado por la Unión Europea (UE).
Con la unión eléctrica submarina entre Tenerife y La Gomera se creará un sistema eléctrico más robusto y de mayor tamaño, lo que mejorará la eficiencia y la fiabilidad del suministro en ambas islas. Gracias a la interconexión submarina eléctrica entre Tenerife y La Gomera, se establecen las condiciones para que La Gomera pueda ser, según afirma REE, la primera isla en Canarias que produzca más energía renovable de la que consume al año, evitando el consumo de combustibles fósiles.
Desarrollo del proyecto de interconexión
Realizados los estudios ambientales y técnicos, y una vez obtenido el reconocimiento de la singularidad del proyecto por parte del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico, REE presentó el proyecto de ejecución y el estudio de impacto ambiental para luego obtener la declaración de impacto ambiental y las autorizaciones administrativas pertinentes.
El nuevo eje eléctrico contemplará todas las infraestructuras planificadas para hacer posible la interconexión eléctrica de la isla de La Gomera con la de Tenerife. Se compondrá de una línea eléctrica subterráneo-submarina de transporte de energía eléctrica, de doble circuito Tenerife-La Gomera a 66 kV (denominado Chío-El Palmar), y de 50 MVA de capacidad de transporte por circuito. Consta de un tramo submarino de aproximadamente 36 km de longitud y discurre a una profundidad máxima de 1.145 m, con dos tramos terrestres en La Gomera y Tenerife.
Se dispondrá de una nueva subestación eléctrica a 66 kV en Chío (Tenerife), que se ubicará en las inmediaciones de la actual subestación de Guía de Isora, lejos de núcleos urbanos. Asimismo se construirá otra nueva subestación eléctrica a 66 kV en El Palmar (La Gomera), en las inmediaciones de la central térmica de El Palmar, que alimenta actualmente a toda la isla, con el fin de integrarla en esa zona industrial, para así reducir al máximo la longitud de nuevas infraestructuras de conexión entre la red de transporte y la de distribución.
La inversión prevista es aproximadamente de 103 millones de euros, y el tiempo de despliegue del enlace y de construcción de las dos subestaciones extremas será de unos 24 meses, una vez se consigan todas la autorizaciones y permisos.
Protección del medio ambiente
Para el estudio del trazado de la interconexión submarina Tenerife-La Gomera, así como el emplazamiento de las dos nuevas subestaciones, se ha realizado un inventario ambiental completo de los ámbitos terrestre y marino.
En el caso del medio marino, se ha realizado una campaña oceanográfica específica dirigida a tener un conocimiento muy preciso entre Tenerife y La Gomera, recogiendo todos los aspectos relacionados con el medio físico, biológico y socioeconómico para poder definir alternativas de paso del cable. El trazado de la interconexión ha sido diseñado con el fin de minimizar el impacto paisajístico y de asegurar la máxima protección de la vegetación y la fauna en las zonas por las que transcurre su recorrido.
Como peculiaridad constructiva, destaca el empleo de la técnica de la perforación horizontal dirigida a conectar el cable subterráneo con el submarino. Esta técnica permite salvar los primeros cientos de metros mediante el paso del cable eléctrico a través de un microtúnel, bajo el lecho marino, lo que anula las afecciones sobre las comunidades biológicas en el tramo de la perforación.
Además, para garantizar la protección de la interconexión en el tramo submarino y minimizar el riesgo de agresiones externas sobre los cables, se emplearán diferentes técnicas en función de las características geofísicas y geológicas del fondo marino en cada tramo.