La Agencia Internacional de la Energía (IEA, por sus siglas en inglés) ha revelado que las emisiones globales de CO2 relacionadas con la energía fueron un 2% más altas (60 millones de toneladas) en diciembre de 2020 que en el mismo mes del año anterior, impulsadas por la recuperación económica y la falta de políticas de energía limpia.
Los datos publicados recientemente por la IEA muestran que después de tocar un mínimo en abril, las emisiones globales aumentaron por encima de los niveles de 2019 en diciembre. Las principales economías lideraron el resurgimiento, ya que, según la IEA, un repunte de la actividad económica impulsó la demanda de energía al alza y faltaron medidas políticas significativas para impulsar la energía limpia.
Entre otros ejemplos, las emisiones en China durante todo el año 2020 aumentaron un 0,8% (75 millones de toneladas), mientras que las emisiones en Estados Unidos cayeron un 10% en 2020, aunque después de alcanzar sus niveles más bajos en la primavera comenzaron a recuperarse. En diciembre, las emisiones de EE. UU. se estaban acercando al nivel observado en el mismo mes de 2019.
Si se confirman las expectativas actuales de la recuperación económica mundial previstas para este año, desde la AIE apuntan la probabilidad de que las emisiones globales aumenten en 2021. No obstante, el director ejecutivo de la AIE, Fatih Birol, indica que “todavía hay motivos para el optimismo. China se ha fijado un ambicioso objetivo de neutralidad de carbono; la nueva administración estadounidense se ha reincorporado al Acuerdo de París y está poniendo el clima en el centro de su formulación de políticas; la Unión Europea sigue adelante con su Pacto Verde y sus planes de recuperación sostenible; el éxito de India con las energías renovables podría transformar su futuro energético; y el Reino Unido está generando un impulso global hacia una acción climática más fuerte en la COP26 de noviembre”.
Reducción de las emisiones globales del sector eléctrico
Las emisiones globales se desplomaron en casi 2 mil millones de toneladas en 2020, el mayor descenso absoluto de la historia. La mayor parte, alrededor de mil millones de toneladas, se debió a un menor uso de petróleo para el transporte por carretera y la aviación.
Por su parte, las emisiones globales del sector eléctrico se redujeron en 450 millones de toneladas en 2020. Esto se debió en parte a una menor demanda de electricidad, pero también a aumentos en la generación de electricidad mediante energía solar fotovoltaica y eólica.
La IEA apunta que para que el mundo logre los objetivos climáticos del Acuerdo de París, debería producirse una disminución en las emisiones del sector eléctrico de alrededor de 500 millones de toneladas cada año.
La Agencia Internacional de la Energía publicará el 18 de mayo la primera hoja de ruta integral del mundo para que el sector energético alcance emisiones netas cero para 2050. En abril, la IEA dará a conocer su Global Energy Review 2021, que analizará las tendencias emergentes de este año en la demanda mundial de energía y las emisiones de CO2.