El proyecto Liberty mejorará la autonomía y el tiempo de recarga de las baterías de vehículos eléctricos

coche eléctrico

El proyecto europeo Liberty, iniciado el pasado mes de enero y liderado por el centro tecnológico vasco Ikerlan, tiene entre sus objetivos desarrollar una batería de vehículo eléctrico que disponga de una autonomía de 500 km y un tiempo de recarga de 18 minutos.

El proyecto desarrollará una batería cuya vida útil sea similar a las de los vehículos de combustión y con capacidad para carga ultrarrápida.

Mercedes-Benz, uno de los socios de este proyecto estratégico para la movilidad sostenible, será el primero en incorporar las baterías desarrolladas en Liberty en uno de sus vehículos eléctricos que servirá como demostrador en el proyecto.

Liberty cuenta con un presupuesto que ronda los 11 millones de euros para tres años y medio, financiados por la Comisión Europea dentro del programa Horizonte 2020, que financia proyectos de investigación e innovación de diversas áreas temáticas estratégicas.

Para el desarrollo del proyecto Liberty, Ikerlan lidera un consorcio integrado por 16 agentes del ámbito de la investigación, la universidad y la empresa, entre los que se encuentran entidades de hasta siete países.

Desarrollo del proyecto Liberty

El proyecto pretende desarrollar baterías que alcancen una vida útil similar a los actuales motores de combustión, es decir, hasta 20 años o 300.000 km. En la actualidad, la vida útil de una batería eléctrica es típicamente inferior, con garantías de hasta 10 años y cerca de 150.000 km, siendo un elemento que representa hasta el 50% del coste del vehículo.

Las baterías por desarrollar en Liberty, además, aumentarán su autonomía en un 25% (permitirán conducir hasta 500 km sin necesidad de recarga) y, cuando haya que cargarlas, se podrá hacer en tan solo 18 minutos, menos de la mitad de los que cuesta actualmente recargar una batería con capacidad similar.

Segunda vida de las baterías

La seguridad de las baterías y la sostenibilidad serán otros factores que contemplará el proyecto. Cuando finalice su ciclo de vida en un vehículo eléctrico, las baterías que desarrollará este proyecto tendrán una segunda vida, por ejemplo, en el campo de las energías renovables: se podrían reutilizar para dar soporte a un parque fotovoltaico o para almacenar la energía generada en los paneles solares de un inmueble urbano.

Egoitz Martínez-Laserna, investigador del área de almacenamiento de energía de Ikerlan y coordinador del proyecto Liberty, explica que esta investigación “dará una solución a muchas de las principales barreras que actualmente obstaculizan una mayor adopción del vehículo eléctrico, dado que trabajaremos en hacer frente a las principales preocupaciones por parte del consumidor, como son la autonomía del vehículo, los tiempos de recarga, la vida útil de las baterías e incluso su coste”.

 
 
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