En 2020, el año en que los Estados miembros de la Unión Europea introdujeron ampliamente las medidas de contención de la COVID-19, las emisiones de CO2 derivadas de la quema de combustibles fósiles disminuyeron en un 10% en la UE en comparación con el año anterior. Según los datos de la Oficina Estadística de la Unión Europea, Eurostat, los mayores descensos de las emisiones de CO2 por el uso de energía se registraron en Grecia y Estonia, y los más bajos en Malta y Hungría.
Según las estimaciones de Eurostat, las emisiones cayeron en 2020 en todos los Estados miembros de la UE, registrándose la mayor disminución en Grecia (-18,7%), seguida de Estonia (-18,1%), Luxemburgo (-17,9%), España (-16,2%) y Dinamarca (-14,8%). Por otro lado, los descensos más bajos se observaron en Malta (-1,0%), Hungría (-1,7%), Irlanda y Lituania (en ambos -2,6%).
Caída en el consumo de combustibles fósiles
El año pasado se observó una clara caída en el consumo de combustibles fósiles en todos los países de la UE. Las mayores disminuciones se observaron para todos los tipos de carbones, mientras que el consumo de petróleo y productos derivados también disminuyó en casi todos los Estados miembros. Por su parte, el consumo de gas natural descendió solo en 15 países y aumentó o se mantuvo al mismo nivel en los otros 12.
En el lado contrario destaca la participación de las energías renovables en la generación de electricidad (especialmente la eólica, hidráulica y solar) que aumentó de manera considerable, con 80 teravatios hora más de generación de electricidad.
Las emisiones de CO2 derivadas del uso de energía son un factor importante que contribuye al calentamiento global y representan aproximadamente el 75% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero de la UE. Están influenciadas por factores como las condiciones climáticas, el crecimiento económico, el transporte y las actividades industriales, entre otros.