Un nuevo análisis de la Agencia Internacional de Energías Renovables (Irena), ‘World Energy Transitions Outlook: 1.5°C Pathway’, destaca que acelerar la transición energética en el camino hacia la seguridad climática puede hacer crecer la economía mundial en un 2,4% dentro de la próxima década. La vía de 1,5°C de Irena prevé la creación de hasta 122 millones de puestos de trabajo relacionados con la energía en 2050, más del doble de los 58 millones actuales. La energía renovable representará más de un tercio de todos los empleos energéticos que abarcan a 43 millones de personas a nivel mundial.
‘World Energy Transitions Outlook: 1.5°C Pathway’ de Irena prevé que los sistemas de energía basados en renovables provocarán cambios profundos que repercutirán en las economías y las sociedades. El informe revela que son necesarios ajustes en los flujos de capital y una reorientación de las inversiones para alinear la energía con una trayectoria económica y ambiental positiva. La inversión anual de 4,4 billones de dólares americanos que se necesita en promedio es alta, pero según el documento es factible y equivale a alrededor del 5% del PIB mundial en 2019.
“Este informe representa una caja de herramientas concreta y práctica para la reorientación total del sistema energético global y escribe una narrativa energética nueva y positiva a medida que el sector atraviesa una transición dinámica”, indica el director general de Irena, Francesco La Camera, a lo que añade el consenso existente en que “una transición energética basada en energías renovables y tecnologías eficientes es la única forma de darnos una oportunidad de luchar para limitar el calentamiento global para 2050 a 1,5°C”.
Sistema energético global hacia la ruta de 1,5°C
La eliminación gradual del carbón, la limitación de las inversiones en petróleo y gas para facilitar un rápido declive y una transición gestionada, así como la adopción de tecnologías, políticas y soluciones de mercado, encaminarán al sistema energético global hacia una ruta de 1,5°C. Para el año 2050, se requiere un total de 33 billones de dólares americanos de inversión adicional en eficiencia, energías renovables, electrificación de uso final, redes eléctricas, flexibilidad, hidrógeno e innovaciones. Sin embargo, los beneficios superan con creces los costes de las inversiones, asegura el informe.
La nueva publicación de Irena ve la transición energética como una gran oportunidad de negocio para múltiples partes interesadas, incluido el sector privado. Este último crecerá del 44% en 2019 al 57% en 2050, un aumento de casi el 20% con respecto a las políticas planificadas.
Asimismo, la financiación pública seguirá siendo fundamental para una transición energética rápida, justa e inclusiva, y para catalizar la financiación privada. En 2019, el sector público proporcionó unos 450 mil millones de dólares a través de capital público y préstamos de instituciones financieras. En el escenario de 1,5°C de Irena, estas inversiones casi se duplicarán a los 780 mil millones.
La Agencia Internacional de Energías Renovables destaca que, puesto que es poco probable que los mercados por sí solos se muevan con la suficiente rapidez, los responsables de la formulación de políticas deben incentivar y tomar medidas, como eliminar gradualmente los subsidios a los combustibles fósiles. Una mayor cooperación internacional y un conjunto integral de políticas serán fundamentales para impulsar un cambio estructural más amplio hacia economías y sociedades resilientes. Las políticas justas e integradas seguirán siendo imperativas para aprovechar todo el potencial de la transición energética, concluye el informe.