El proyecto piloto Smart Metering for Load Flexibility (SMILY), puesto en marcha en el Reino Unido, tiene el objetivo de demostrar que los medidores inteligentes de electricidad pueden funcionar con cargadores de vehículos eléctricos (VE) para equilibrar la carga de red cuando la demanda de energía alcanza su punto máximo.
Se prevé que en los próximos años la red energética tendrá que gestionar situaciones en las que la carga de numerosos vehículos eléctricos tanto en la vía pública como en los garajes se sumará a otros consumos energéticos habituales procedentes del funcionamiento de electrodomésticos, aires acondicionados o televisiones, entre otros.
En este contexto, los medidores inteligentes del proyecto piloto SMILY permiten a los clientes cargar en el momento más eficiente desde el punto de vista energético con tarifas de energía optimizadas en costes para la recarga de vehículos eléctricos, al tiempo que permiten el control de la carga al operador de la red, de modo que se puede equilibrar la carga eléctrica a nivel de microrred en escenarios complejos.
Por su parte, los proveedores de energía definieron programas de carga donde se establecieron perfiles de consumo de los clientes -potencia y ventana de carga-, de acuerdo con la demanda de la red, las preferencias del cliente y la capacidad de la batería del vehículo. Además, los clientes tenían la opción de anular las configuraciones preestablecidas por el proveedor de energía y acceder a cuatro horas de carga máxima en cualquier momento.
La solución técnica se basó en los medidores inteligentes de electricidad EM425UK2 SMETS2 de Itron, que permitieron el control remoto y la conmutación de carga, así como las tarifas flexibles para implementar perfiles de carga de vehículo eléctrico flexibles.
Conclusiones del proyecto
Como conclusiones del proyecto piloto SMILY, casi todos los participantes afirmaron preferir aprovechar las tarifas fuera de las horas punta y más del 68% quedó satisfecho con cambiar sus horarios de carga para aprovechar los periodos de menos intensidad de carbono, incluso aunque no supusiera un ahorro en su factura.
Inicialmente, casi el 60% de los participantes no se sentía cómodo cuando su proveedor de energía tomó el control de su programa de carga. Sin embargo, pasados unos meses, el 76% afirmó sentirse cómodo con esta situación.