El Gobierno Vasco ha aprobado el Plan de Transición Energética y Cambio Climático 2021-2024. Con horizonte en el año 2024, el plan busca reducir en un 30% la emisión de gases de efecto invernadero, lograr que la cuota de energías renovables represente el 20% del consumo final de energía, y asegurar la resiliencia del territorio vasco al cambio climático.
El Plan de Transición Energética y Cambio Climático 2021-2024 es el paso previo a la primera Ley de Transición Energética y Cambio Climático de Euskadi, actualmente en proceso de tramitación. Para el desarrollo de este plan, el Departamento de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente destinará 305 millones de euros.
El plan se estructura en tres ejes principales dirigidos a alcanzar la neutralidad, la resiliencia del territorio y la transversalidad de la acción climática y la transición energética; y nueve líneas de actuación, las cuales recogen 15 iniciativas emblemáticas englobadas en ámbitos de trabajo específicos, como las energías renovables, la regeneración urbana o la economía circular; en sectores como la industria, el sector primario, o las emergencias; y en ámbitos transversales, como la innovación o la transición justa.
Actuaciones y líneas emblemáticas
Algunos de los ejemplos de actuaciones concretas que se llevarán a cabo en el marco de este plan son la gestión y seguimiento de la planificación de las energías renovables, la ampliación del área de ensayos de BIMEP; la promoción de proyectos de energía eólica marina a través del programa de ayudas anual del Ente Vasco de la Energía; el impulso a la creación de cooperativas ciudadanas de generación de energía a través de Ekiola; el impulso de los primeros proyectos de producción de hidrógeno verde; o el fomento de la movilidad sostenible y uso de modos de transporte más eficientes, entre otros ejemplos.
Las 15 iniciativas emblemáticas recogidas en el plan se marcan el objetivo de lograr una ordenación ejemplar del territorio para el desarrollo de las energías renovables; convertir Euskadi en un referente internacional en energías oceánicas; posicionar a la industria vasca en la vanguardia del desarrollo tecnológico de las infraestructuras eólicas terrestres y marinas; facilitar la implantación de instalaciones de energía solar fotovoltaica ante un futuro eléctrico y renovable; y crear un ecosistema de producción, distribución y consumo de hidrógeno en Euskadi.
Asimismo, entre otras opciones, se pretende potenciar la preparación de municipios e infraestructuras costeras para el reto del cambio climático; lograr que la población esté preparada para la adaptación al cambio climático y una transición energética justa; desarrollar una ley de transición energética y cambio climático que sitúe a Euskadi entre las primeras regiones adaptadas al contexto normativo actual y que le permita ser un territorio climáticamente neutro y resiliente al cambio climático; y conseguir una administración pública que sea un modelo para la transición energética y la resiliencia de la sociedad vasca.