La Comisión Europea ha adoptado formalmente las nuevas directrices revisadas sobre ayudas estatales para el clima, la protección del medio ambiente y la energía (CEEAG, por sus siglas en inglés), que ya han entrado en vigor desde la semana pasada. Las nuevas directrices crean un marco flexible y adecuado para ayudar a los Estados miembros a proporcionar el apoyo necesario para alcanzar los objetivos del Pacto Verde Europeo de manera específica y rentable.
Las nuevas reglas implican una alineación con los objetivos y metas de la UE establecidos en el Pacto Verde Europeo, y con otros cambios regulatorios recientes en las áreas de energía y medio ambiente, incluido el paquete Fit for 55. Incluyen apartados sobre medidas de eficiencia energética, ayudas a la movilidad limpia, así como medidas para garantizar la seguridad del suministro energético, entre otros aspectos. El objetivo es ayudar a los Estados miembros a cumplir los objetivos energéticos y climáticos de la UE. Además, las nuevas directrices también pretenden facilitar la participación de las comunidades de energías renovables y las pymes.
Principales cambios y novedades
Las nuevas directrices amplían las categorías de inversiones y tecnologías que los Estados miembros pueden apoyar para cubrir nuevas áreas, como la infraestructura de movilidad limpia, y todas las tecnologías que pueden cumplir con el Pacto Verde Europeo, como el hidrógeno renovable, el almacenamiento de electricidad y la respuesta a la demanda, etc.
Las normas revisadas generalmente permiten cuantías de ayuda que cubren hasta el 100% del déficit de financiación cuando las adjudicaciones se basan en licitaciones competitivas, y la introducción de nuevos instrumentos de ayuda, como los contratos por diferencia.
Otro de los cambios introducidos por las nuevas directrices es aumentar la flexibilidad y racionalizar las normas existentes mediante la introducción de una evaluación simplificada de las medidas transversales en una sola sección de las directrices (por ejemplo, la sección sobre ayudas para la reducción y eliminación de las emisiones de gases de efecto invernadero, mediante el apoyo a las energías renovables y la eficiencia energética), y eliminando el requisito de notificaciones individuales de grandes proyectos verdes dentro de esquemas de ayuda previamente aprobados por la Comisión Europea.
También se persigue introducir salvaguardias, como un requisito de consulta pública por encima de ciertos umbrales, para garantizar que la ayuda se dirija efectivamente donde sea necesario para mejorar la protección del clima y el medio ambiente, se limite a lo que se necesita para lograr los objetivos ambientales y no distorsione indebidamente la competencia o la integridad del mercado único.
Asimismo, las nuevas directrices garantizarán la coherencia con la legislación y las políticas pertinentes de la UE en los campos medioambiental y energético, entre otros, mediante la eliminación progresiva de las subvenciones a los combustibles fósiles.