El Ayuntamiento de Zaragoza, Avanza y Endesa X han presentado el inicio de las obras del proyecto de electrificación del transporte urbano de la capital aragonesa, la cual está inmersa en su proceso de convertirse en una ciudad sostenible y climáticamente neutra en movilidad urbana en el año 2030. Está prevista la instalación de 75 cargadores de 100 y 150 kW para la nueva flota de 68 autobuses eléctricos que se suman a los cuatro que ya están en servicio.
Esta inversión está incluida en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, financiado por la Unión Europea a través de los fondos Next Generation EU.
El acto de arranque de las obras tuvo lugar en la mañana del 10 de marzo junto a la subestación de Torre Olivera y contó con la presencia del alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón; la consejera de Servicios Públicos y Movilidad, Natalia Chueca; el director de Avanza Zaragoza, Guillermo Ríos; el director general de Endesa en Aragón, Ignacio Montaner; y Juan A. Garrigosa, responsable de B2G de Endesa X, acompañados de los responsables técnicos que están participando en el proyecto y de otros representantes institucionales.
Gracias a esta actuación, podrán funcionar los nuevos 68 autobuses eléctricos que ya están encargados y que comenzarán a operar a lo largo de este año.
Colaboración público-privada
Desde la empresa Avanza Zaragoza señalan que la electrificación del autobús urbano de la capital aragonesa es el proyecto más ambicioso en este ámbito que se va a llevar a cabo en toda España y supone un ejemplo de colaboración público-privada exitosa que va a transformar por completo la movilidad en la ciudad.
Para llevar a cabo esta ‘revolución eléctrica’, como la han calificado los responsables del proyecto, en la red de transporte público urbano de Zaragoza será necesario realizar importantes trabajos previos, que serán desarrollados por Endesa X, para transformar las cocheras municipales. La inversión asociada a la construcción y adecuación de las infraestructuras eléctricas supera los ocho millones de euros.
Estos trabajos incluyen el diseño de la conexión con la subestación eléctrica transformadora (SET) de Torre Olivera, de Endesa Distribución, desde donde se llevará una línea de alta tensión, tarea en la que ya se ha trabajado en los últimos meses; la construcción de una línea eléctrica a 45 kV, de 1,5 km de longitud, entre la subestación de Torre Olivera y el acceso a la cochera de Avanza; y la instalación de una red interior de distribución en media tensión y sus transformadores para los cargadores individuales.
Sistema de carga por pantógrafos invertidos
Estos trabajos permitirán disponer de suficiente capacidad de carga conforme empiecen a incorporarse masivamente los nuevos buses eléctricos a la flota. Serán un total de 68 autobuses eléctricos, suministrados por Avanza y fabricados por Irizar, 51 de ellos de 12 metros y 17 de 18 metros, que se sumarán a los cuatro ya en servicio.
Una característica muy importante del sistema de carga elegido, que será suministrado por Endesa X, es la carga por pantógrafos invertidos. Cada uno de ellos alimentará a un autobús individualmente. El pantógrafo estará montado en una estructura fija en cocheras y cada autobús alojará las pletinas de conexión en su techo. Este sistema tiene considerables ventajas, tanto en su mantenimiento como su comodidad en la operación de recarga, entre otras.
Está prevista la instalación de 75 cargadores, 37 de ellos de 100 kW para los buses de 12 metros y 38 de mayor potencia (150 kW) que podrán ser usados, también, por los vehículos de 18 metros (cuya batería tiene mayor capacidad al mover más peso).
Además, se dispondrá de un cargador adicional semirrápido de 300 kW para poder cubrir situaciones imprevistas. Todos ellos integrados en la plataforma de gestión inteligente Smart Charging de Enel X.
Uno de los aspectos más destacados del proyecto es el de su sostenibilidad con el medio urbano, debido al importante ahorro en la emisión de gases contaminantes. Sustituir cada autobús diésel por otro eléctrico supone un ahorro de 1.700 toneladas de CO2 emitidas a lo largo de su vida útil. Se calcula que, cuando toda la flota esté sustituida por vehículos eléctricos, Zaragoza ahorrará más de 621.000 toneladas de emisiones de CO2.