En el marco del proyecto SMART5G, el Instituto Tecnológico del Plástico (AIMPLAS) trabaja en un sistema que permite reemplazar los módulos de batería descargados por baterías ya cargadas y, de esta manera, evitar los tiempos de espera de recarga. Se trata de un sistema de intercambio que destaca por ser seguro, inteligente, eficiente y sostenible. De esta manera se pone fin a la denominada ‘ansiedad por la autonomía’.
El miedo de los conductores de vehículos eléctricos a que la batería se descargue antes de concluir su trayecto, o ansiedad por la autonomía, es un temor muy común. AIMPLAS está investigando una solución a este problema dentro del proyecto SMART5G, financiado por la Agencia Estatal de Investigación (AEI).
El proyecto SMART5G impulsa el diseño y desarrollo de una estación de recarga y sustitución de baterías para la movilidad ligera. En concreto, se trata de un sistema que facilita el intercambio rápido de baterías mediante la carga con energía solar y predice el consumo de energía gracias al uso de algoritmos de inteligencia artificial, así como la creación de una innovadora plataforma inteligente de gestión energética que elimina los riesgos de interferencia por electromagnetismo y mejora la seguridad.
Para garantizar una alta seguridad y protección frente a posibles interferencias electromagnéticas, con SMART5G se están generando materiales compuestos ligeros protegidos por apantallamiento electromagnético (EMI) que optimizan los nuevos modelos de movilidad sostenible, conectada e inteligente.
Materiales termoplásticos
En este sentido, la iniciativa también propone una carcasa de batería estructural sostenible para automóviles ligeros basada en un compuesto termoplástico de fibra larga reutilizable y reciclable con funcionalidades duales: aditivos ignífugos y partículas de apantallamiento electromagnético (EMI). Esta nueva solución aumenta la autonomía del vehículo al reducir su peso en comparación con las carcasas metálicas habituales, lo que reduce los costes y el consumo energético, así como la huella de carbono.
Los compuestos de matriz termoplástica pueden desempeñar un papel clave en la industria del siglo XXI, ya que ofrecen grandes ventajas en términos de peso reducido, alta rigidez y resistencia específica comparable a los materiales metálicos. Por ello, la nueva generación de coches eléctricos está apostando por el uso de estos materiales plásticos, que hacen posible un diseño libre y una reducción de peso de alrededor del 40%.
Este proyecto, en el que AIMPLAS trabaja junto con las empresas ITERA Mobility Engineering, ELIX Polymers y la Universitat de València (UV), con referencia PLEC2021-007994, ha sido financiado por MCIN/AEI /10.13039/501100011033 y por la Unión Europea NextGenerationEU/ PRTR.