Empoderar a las ciudades y municipios para la transición hacia la movilidad sostenible a través de nuevos modelos comerciales, tecnologías y pautas para el despliegue y la operación rentables de la infraestructura de recarga para vehículos eléctricos con energía verde ha sido el objetivo del proyecto europeo GreenCharge. El proyecto, coordinado por Sintef (Noruega), finalizó el pasado mes de febrero tras más de tres años de trabajo.
La transición hacia la movilidad eléctrica puede conducir a grandes picos de demanda en la red eléctrica, lo que podría requerir importantes actualizaciones de la infraestructura energética, tanto a nivel local como a mayor escala. La energía eléctrica también debe ser utilizada de forma inteligente y coordinada con otras demandas energéticas, así como con la producción local de energía. Además, destaca la importancia de la seguridad de las personas para acceder a la infraestructura de recarga cuando la necesiten.
En este contexto ha trabajado el consorcio del proyecto GreenCharge, financiado por el programa de investigación e innovación Horizonte 2020 de la Comisión Europea con 5 millones de euros. El consorcio ha estado integrado por 16 miembros de seis países europeos: Noruega, Alemania, Finlandia, Países Bajos, Italia y España. Los socios españoles han sido la Fundación Eurecat, Atlantis IT, Millor Energy Solutions y Motit World. En concreto, el proyecto reúne a cuatro universidades e institutos de investigación, una consultora, ocho socios industriales, dos organismos públicos y una red global de ciudades sostenibles.
Arquitectura de referencia GreenCharge
La realización del concepto GreenCharge requiere la integración de sistemas de los sectores de transporte, construcción y energía. Una integración compleja, según los investigadores del proyecto, en parte debido a la falta de estandarización.
Con el objetivo de ayudar a las ciudades, el proyecto creó una comunidad en Zenodo para compartir resultados, como la arquitectura de referencia GreenCharge.
La arquitectura de referencia de GreenCharge proporciona una especificación completa del ecosistema para la carga inteligente y ecológica y actúa como un modelo que guía la creación de realizaciones individuales del sistema en un coherente ecosistema para la movilidad eléctrica. La arquitectura de referencia incluye descripciones en varios niveles de detalles técnicos y puede servir a diferentes tipos de partes interesadas.
Pruebas para la gestión inteligente de la energía
El proyecto GreenCharge llevó a cabo demostraciones piloto en tres ciudades: Barcelona, Bremen y Oslo, que han experimentado con la gestión inteligente y sostenible de la energía. En conjunto, estas pruebas cubrieron una amplia variedad de factores: tipo de vehículo (scooters, automóviles, bicicletas), modelo de propiedad (privado, uso individual compartido), lugares de recarga (residencias privadas, lugares de trabajo, espacios públicos, centros de transporte), gestión de la energía (uso de energía solar, equilibrio de carga en una estación de carga o dentro de un vecindario, cambio de batería) y soporte de carga (reserva, carga prioritaria).
Los pilotos confirmaron que la gestión inteligente y sostenible de la energía en combinación con la carga contribuye a una utilización más óptima de la energía disponible, picos más bajos en la red, así como un mayor grado de autosuficiencia y una combinación energética más ecológica.
Demostraciones en las tres ciudades piloto
En el piloto de Oslo, el proyecto se centró en las instalaciones de recarga en el hogar rentables para los habitantes que viven en bloques de pisos con limitaciones en la red local. Según los resultados obtenidos, los costos de energía se redujeron en un 10% y el uso de baterías estacionarias tiene el potencial de aumentar el autoconsumo del 50% al 100%.
En el piloto de Bremen, el cambio de coches de combustible a vehículos eléctricos condujo a una reducción de CO2 del 75%. El enfoque de este piloto se basó en combinar la promoción de vehículos eléctricos con el uso compartido de automóviles y el uso de baterías estacionarias para equilibrar la demanda máxima de las estaciones de carga. El piloto abarcó tanto la carga en el hogar, la carga en espacios públicos y la carga en centros intermodales.
Por su parte, el piloto de Barcelona se centró en los vehículos eléctricos ligeros (LEV), especialmente patinetes eléctricos, con el objetivo de fomentar el desarrollo de nuevos servicios de movilidad en forma de una flota compartida de e-scooter. El demostrador agrupó la prueba piloto de varios servicios y tecnologías para mejorar el caso comercial de e-scooter sharing. La carga se realizó en estacionamientos públicos y privados. La gestión de carga inteligente permitió explorar el potencial de las instalaciones de paneles fotovoltaicos en combinación (o no) con baterías estacionarias de segunda vida.
El desarrollo y despliegue de los tres demostradores requería la integración de sistemas de diferentes sectores. Según los investigadores del proyecto, el trabajo resultó desafiante debido a la falta de interfaces estandarizadas, lo que favorece la necesidad de una arquitectura de referencia.
Además, cabe destacar que el proyecto GreenCharge trabajó con varias ciudades de captación que aprendieron de las tres ciudades piloto a través de visitas y un programa avanzado de seminarios web. Esto culminó con la creación de hojas de ruta de movilidad eléctrica para mostrar cómo estas ciudades tienen la intención de seguir adelante con la movilidad eléctrica después de GreenCharge.
Principales resultados del proyecto GreenCharge
El proyecto GreenCharge ha diseñado diferentes modelos de negocio y ha desarrollado prototipos tecnológicos, también ha llevado a cabo la especificación de la arquitectura de referencia y ha ofrecido recomendaciones sobre interfaces y protocolos que necesitan estandarización. Asimismo, ha proporcionado recomendaciones y directrices para la integración de la movilidad eléctrica en Planes de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS) para planificadores urbanos y responsables políticos.
La iniciativa europea ha propuesto innovadoras soluciones para ayudar a abordar las barreras a la amplia aceptación de la movilidad eléctrica. Los desafíos y las lecciones aprendidas de los prototipos tecnológicos para los demostradores reforzaron la necesidad de estandarización para facilitar la integración de sistemas y el acceso a los datos necesario, así como la necesidad de tecnología futura.
La arquitectura de referencia GreenCharge puede inspirar a las autoridades locales hacia la concienciación y aceptación de la carga inteligente y verde. Desde el proyecto destacan que un mayor desarrollo de la colaboración en energía, transporte, sector privado y autoridades locales es necesario para el futuro de la recarga inteligente y ecológica y la amplia adopción de vehículos eléctricos.
El proyecto GreenCharge ha conseguido dar un nuevo paso hacia el logro de los objetivos climáticos europeos. No obstante, continuando con el trabajo de GreenCharge, los investigadores del proyecto apuntan que se necesita continuar investigando en el área de soporte de decisiones para la planificación de cargos y la reserva anticipada automatizada, además de explotar al máximo la flexibilidad que ofrecen los vehículos eléctricos en los barrios energéticamente inteligentes.