Los países del sudeste asiático pueden cubrir dos tercios de su demanda energética con renovables

Los países del sudeste asiático pueden satisfacer su creciente demanda de energía con energías renovables y reducir el 75% de sus emisiones de CO2 relacionadas con la energía para 2050, la mitad de las emisiones en comparación con la actualidad. Estas conclusiones se extraen de la segunda edición de la ‘Perspectiva de Energía Renovable para la ASEAN: Hacia una transición energética regional’, lanzada por la Agencia Internacional de Energías Renovables (Irena) durante la Reunión Ministerial de Energía de la Asociación de Naciones de Asia Sudoriental (ASEAN).

La Perspectiva de Irena identifica vías de transición en los países del sudeste asiático que se centran en las energías renovables, la electrificación, el hidrógeno y las baterías.

ASEAN alberga una de las flotas de centrales eléctricas de carbón más jóvenes del mundo. Sin embargo, un número cada vez mayor de miembros de la Asociación ha establecido objetivos de emisiones netas cero para mediados de siglo. La planificación de la transición debería comenzar ahora para cumplir los objetivos climáticos, con la sustitución de la energía del carbón como una prioridad principal, sobre todo para evitar activos varados.

Vías de transición energética

La Perspectiva de Irena identifica vías de transición que se centran en las energías renovables, la electrificación y las tecnologías emergentes, como el hidrógeno y las baterías.

El director general de Irena, Francesco La Camera, explica que, con su enorme potencial renovable, el sudeste asiático se encuentra en una encrucijada histórica entre alejarse de los combustibles fósiles y avanzar hacia una transición de energía renovable que satisfaga el crecimiento económico de la región y la creciente demanda de energía. El retiro del carbón, junto con las energías renovables y la interconexión de la red regional, es un paso indispensable para alinearse con los objetivos netos cero.

En palabras de La Camera, la mitad de los miembros de la ASEAN se han sumado a los esfuerzos internacionales para acabar con el carbón en el sector eléctrico. Los compromisos climáticos requieren una acción concertada y acelerada, que debe comenzar ahora para tener una esperanza de éxito.

Por su parte, Nuki Agya Utama, director ejecutivo del Centro de Energía de la ASEAN (ACE), ha señalado que acelerar la transición energética es crucial para cumplir los objetivos climáticos y apoyar el crecimiento económico de la región. Guiada por la Fase II del Plan de Acción para la Cooperación Energética (APAEC) de la ASEAN, la organización se compromete a lograr una participación de energías renovables del 23% en el suministro total de energía primaria (TPES) para 2025.

Cerca de 300 GW de nuevas instalaciones

Dado que las energías renovables se han convertido en la opción de energía más barata en gran parte del sudeste asiático, las adiciones de capacidad renovable pueden aumentar de manera rentable hasta un 40% de la capacidad total de energía para 2030 en comparación con una cuarta parte actual. Esto significa alrededor de 300 GW de nuevas instalaciones de capacidad renovable, la mayoría solar y eólica.

Se necesita una inversión significativa para impulsar las energías renovables en las combinaciones energéticas nacionales, pero los costos generales se equilibran con ahorros sustanciales en los costos de suministro y combustible. La inversión de la ASEAN en energías renovables debe casi triplicar los niveles actuales. Las oportunidades de inversión incluyen energía renovable, transmisión, biocombustibles, eficiencia energética, hidrógeno y electromovilidad, y pueden ascender a más de seis billones de dólares acumulados hasta 2050.

Los países pueden reducir sus costos de energía hasta en 160.000 millones de dólares de aquí a 2050. En general, evitar los costos relacionados con los daños a la salud y el medio ambiente causados ​​por los combustibles fósiles puede generar ahorros de hasta 1,5 billones de dólares acumulativos hasta 2050.

Electrificación de los usos finales

La electrificación de los usos finales es importante, desde la electrificación del transporte, los edificios y las industrias hasta los vehículos eléctricos, y desde la cocina eléctrica hasta la producción de hidrógeno limpio. La participación de la electricidad en la energía final deberá aumentar del 22% actual a más de la mitad para 2050. El hidrógeno limpio puede proporcionar una solución complementaria para los ambiciosos objetivos climáticos de la región.

El hidrógeno limpio y sus derivados también brindan una alternativa para descarbonizar modos de transporte como el envío y algunos procesos industriales de fabricación pesada. También brindará importantes oportunidades en la cadena de suministro, por ejemplo, en la fabricación de baterías, productos básicos ecológicos y materiales ecológicos.

 
 
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