Dos tercios de los españoles, el 69%, consideran que la guerra de Ucrania y los elevados precios de la energía deberían acelerar la transición ecológica, según la última edición de la encuesta anual sobre el clima realizada en agosto de 2022 y publicada el 27 de octubre por el Banco Europeo de Inversiones (BEI).
Tras un año convulso marcado por la invasión rusa de Ucrania, que prendió la chispa de la crisis energética actual y aceleró la inflación por todo el continente europeo, y un verano con condiciones meteorológicas extremas, acompañado de olas de calor y sequías sin precedentes, la población española es aún más consciente del impacto del cambio climático y la necesidad imperante de actuar.
Crece la preocupación por el cambio climático
El 56% cita el mercado laboral como su principal preocupación, frente al 45% que lo menciona en el resto de la Unión Europea. El cambio climático se sitúa inmediatamente después de las cuestiones económicas y financieras, y está experimentando un rápido aumento (un 39% lo considera uno de los principales desafíos, frente al 29% en 2021, 10 puntos porcentuales más).
Además, el 83% de los españoles reconoce ahora notar los efectos del cambio climático en su vida diaria (2 puntos porcentuales más, respecto a 2021).
El 88% considera que, si no reducimos drásticamente nuestro consumo de energía y bienes en los próximos años, nos veremos abocados a una catástrofe mundial. Por otro lado, el 92% cree que la respuesta que ofrece el Gobierno es demasiado lenta y solo una minoría (45%) considera que España logrará reducir de manera sustancial sus emisiones de carbono de aquí a 2030.
La mayoría de los españoles (69%) opina que la guerra de Ucrania y sus consecuencias en el precio del petróleo y el gas deberían servir de impulso para la aceleración de la transición ecológica (3 puntos porcentuales por encima del 66% de la media europea).
Prioridades energéticas
Con respecto a la clasificación de sus prioridades energéticas, los españoles prefieren que el Gobierno dé prioridad al desarrollo de las energías renovables (50%), antes de centrarse en la diversificación del suministro energético para evitar depender en exceso de un único proveedor (31%).
El ahorro energético constituye otra de las principales prioridades: un 19% de españoles afirma que los ciudadanos y las empresas deben esforzarse más en reducir su propio consumo. Esta idea está especialmente extendida entre las generaciones más jóvenes (27% de los encuestados de 15 a 29 años).
Para reducir el consumo energético, los españoles exigen que se impongan mayores sanciones a las actividades contaminantes con el fin de compensar su coste medioambiental (el 70%). También quieren que los precios energéticos dependan del consumo, de modo que quienes tengan un consumo mayor paguen más (el 63%).
Precios de la energía
Por último, respecto a los elevados precios de la energía, los españoles consideran que, a corto plazo, el Gobierno debería reducir en primer lugar los impuestos sobre la electricidad (42%).
Otras medidas gozan de menos popularidad, como limitar o regular el precio del gas, el petróleo y el carbón (33%) o fomentar el ahorro energético con campañas públicas (16%).