El Gobierno de Canarias ha aprobado la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) de la interconexión eléctrica submarina entre Tenerife y La Gomera, un trámite esencial para la obtención de las autorizaciones administrativas necesarias para la ejecución de un proyecto que permitirá conformar el nuevo sistema eléctrico de ambas islas. La aprobación de la DIA permitirá que puedan iniciarse las obras el próximo año, una vez se obtenga la autorización administrativa de construcción.
La inversión prevista para hacer posible esa interconexión eléctrica supera los 100 millones de euros, y el tiempo de despliegue del enlace y de construcción de las dos subestaciones extremas será de unos dos años.
Sistema eléctrico más robusto
La interconexión submarina entre Tenerife y La Gomera creará un sistema eléctrico más robusto y de mayor tamaño. Esta conexión posibilitará operar los sistemas eléctricos de Tenerife y la Gomera como un único sistema, consiguiendo sinergias muy importantes entre ellos para la integración de las energías renovables.
Además, se posibilitará que la Gomera pudiera ser la primera isla en Canarias que produzca más energía renovable de la que consume en el año, evitando así que tenga que acudir a otros sistemas generadores con combustibles fósiles, más caros y contaminantes.
Interconexión eléctrica entre Tenerife y La Gomera
La profundidad del enlace, la naturaleza volcánica del terreno y la abrupta orografía, tanto terrestre como submarina, hacen que la interconexión eléctrica entre las islas de Tenerife y La Gomera sea un gran desafío tecnológico. Red Eléctrica y el Gobierno de Canarias destacan que se trata del enlace tripolar en corriente alterna más profundo del mundo hasta la fecha.
El nuevo eje eléctrico contemplará todas las infraestructuras planificadas para hacer posible la interconexión eléctrica de la isla de La Gomera con la de Tenerife. Se compone de la línea eléctrica subterráneo-submarina de doble circuito, a 66 kV, Tenerife-La Gomera (denominada Chío-El Palmar de La Gomera). Esta línea consta de un tramo submarino de aproximadamente 36 kilómetros de longitud y discurre a una profundidad máxima de 1.145 metros, con dos tramos terrestres en La Gomera y Tenerife.
También forman parte de la interconexión eléctrica la nueva subestación eléctrica de 66 kV en Chío (Tenerife), que se ubicará en las inmediaciones de la actual subestación de Guía de Isora, y la primera subestación eléctrica de 66 kV de El Palmar de la Gomera, en el entorno de San Sebastián de La Gomera, que se instalará próxima a la central térmica de El Palmar, que alimenta actualmente a toda la isla de La Gomera.
Respeto al medioambiente
El proyecto se ha desarrollado siguiendo los más altos estándares de calidad y buenas prácticas internaciones, con el respeto al medioambiente. Todo ello se ha podido garantizar gracias a los estudios terrestres y marinos llevados a cabo durante las primeras etapas del proyecto, que han contribuido a la definición de las soluciones que se han plasmado en los proyectos que reciben ahora la aprobación de la Declaración de Impacto Ambiental, así como a través del proceso de información pública preceptivo.
En el caso del medio marino, se ha realizado una campaña oceanográfica específica dirigida a tener un conocimiento muy preciso entre Tenerife y La Gomera, recogiendo todos los aspectos relacionados con el medio físico, biológico y socioeconómico para poder definir alternativas de paso del cable. El trazado de la interconexión ha sido diseñado con el fin de minimizar el impacto paisajístico y de asegurar la máxima protección de la vegetación y la fauna en las zonas por las que transcurre su recorrido. Como peculiaridad constructiva, cabe destacar el empleo de la técnica de la perforación horizontal dirigida a conectar el cable subterráneo con el submarino.
A su vez, para garantizar la protección de la interconexión en el tramo submarino y así minimizar el riesgo de agresiones externas sobre los cables, se emplearán diferentes técnicas en función de las características geofísicas y geológicas del fondo marino en cada tramo.
El proyecto contempla un Programa de vigilancia ambiental que garantizará la mejor implantación e integración del proyecto en el entorno y el cumplimiento de los puntos establecidos en la Declaración de Impacto Ambiental. Este programa se mantendrá activo durante toda la etapa constructiva del proyecto, hasta pasados varios años desde la puesta en funcionamiento de la instalación.