Un estudio del MIT analiza el aumento de los beneficios para la salud con el uso de energía eólica

parque eólico

Un nuevo estudio del Instituto Tecnológico de Massachusets (MIT) muestra que los beneficios para la salud asociados con la energía eólica podrían más que cuadruplicarse si los operadores priorizaran reducir la producción de las plantas de energía basadas en combustibles fósiles más contaminantes cuando la energía del viento esté disponible.

Según el estudio, los beneficios para la salud del uso de energía eólica en lugar de combustibles fósiles podrían cuadruplicarse si se seleccionan las plantas de energía más contaminantes para reducir la actividad.

En el estudio, publicado en Science Advances, los investigadores analizaron la actividad por hora de las turbinas eólicas, así como las emisiones reportadas de cada planta de energía basada en combustibles fósiles en Estados Unidos entre los años 2011 y 2017. Rastrearon las emisiones en todo el país y asignaron los contaminantes a las poblaciones demográficas afectadas. Después calcularon la calidad del aire regional y los costos de salud asociados para cada comunidad.

Los investigadores encontraron que, en 2014, la energía eólica asociada con políticas estatales mejoró la calidad del aire en general, lo que resultó en 2 mil millones de dólares en beneficios para la salud en todo el país. Sin embargo, solo aproximadamente el 30% de estos beneficios para la salud llegaron a las comunidades desfavorecidas.

Además, el equipo de investigadores descubrió que si la industria de la electricidad redujera la producción de las plantas de energía basadas en combustibles fósiles más contaminantes, en lugar de las plantas que más ahorran costos, en tiempos favorables de energía eólica, los beneficios generales para la salud podrían cuadruplicarse a 8,4 mil millones de dólares en todo el país. No obstante, los resultados tendrían un desglose demográfico similar.

Hoja de ruta a los operadores de redes eléctricas

La información detallada proporcionada por los escenarios en este documento puede ofrecer una hoja de ruta a los operadores de redes eléctricas y a los reguladores estatales de la calidad del aire con respecto a qué plantas de energía son altamente dañinas para la salud humana, y también es probable que reduzcan notablemente las emisiones si la electricidad generada por el viento aumenta.

Este trabajo fue apoyado, en parte, por la Agencia de Protección Ambiental de EE.UU. y por los Institutos Nacionales de Salud.

 
 
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