El informe ‘Global Energy and Climate Outlook (GECO) 2022: Energy trade in a decarbonised world’, publicado por el Centro Común de Investigación (JRC, Joint Research Centre) de la Unión Europea, realiza una serie de proyecciones para un escenario de calentamiento global limitado a 1,5 °C. En comparación con la situación actual, el documento proyecta una reducción de la participación de los combustibles fósiles en el mix energético del 80% para 2050, una generación de energía más local a medida que las renovables aumentan, creciendo la autosuficiencia energética, y una caída de las emisiones mundiales en un 85% para 2050.
El último informe GECO del JRC se centra en el futuro de la comercialización de energía en el contexto de la apuesta por la descarbonización mundial de la economía. Según el estudio, a pesar de la mayor demanda de energía, especialmente en el sector del transporte, la proporción de hidrógeno y de e-fuels o combustibles sintéticos en el consumo total de energía final mundial seguirá siendo baja en 2050, con un 7% y un 5%, respectivamente.
La simulación, realizada para diferentes escenarios, muestra que las emisiones globales aún no están en camino de cumplir con los objetivos de temperatura del Acuerdo de París. Tanto el escenario de referencia, que captura el panorama político actual, como el de contribuciones determinadas a nivel nacional y estrategias a largo plazo, considerando adicionalmente los objetivos climáticos anunciados actualmente a nivel mundial, se quedan cortos para frenar el aumento de la temperatura a 1,5 °C.
No obstante, el documento señala los avances logrados en 2021. La acción política, las reducciones de costes y el despliegue de tecnologías de bajas emisiones permitirán limitar el aumento de la temperatura en el escenario de referencia a 3 °C para finales de siglo, a diferencia de los 3,2 °C proyectados en la edición anterior del informe GECO.
Escenario de 1,5 ºC
En 2015 los combustibles fósiles representaban casi la totalidad de la comercialización directa de energía a nivel mundial. En el escenario de 1,5 °C, los combustibles fósiles se dirigen hacia una participación colectiva en el mix global de energía primaria que disminuye hasta el 21% para 2050, mientras que la energía solar, la eólica y la biomasa avanzan como fuentes dominantes de energía primaria.
El despliegue doméstico de renovables y la electrificación reducen la demanda de combustibles fósiles, lo que conllevará una disminución de su comercialización y de la dependencia energética. También se prevé un aumento de la comercialización de energía de bajas emisiones de carbono, como el hidrógeno, los combustibles sintéticos, los biocombustibles y la biomasa, pero no alcanzarán las cifras comerciales de los combustibles fósiles.
En cuanto a la energía incorporada en los bienes que se comercializan internacionalmente, que representa toda la energía que se utiliza a lo largo de la cadena de valor para producir un producto, se prevé que disminuya su intensidad de carbono en el escenario de 1,5 °C a medida que las renovables van tomando fuerza.
El papel del hidrógeno
El informe ‘Global Energy and Climate Outlook (GECO) 2022: Energy trade in a decarbonised world’ también refleja que el hidrógeno se utilizará principalmente en el transporte para 2050, representando el 78% de la demanda total de hidrógeno en el escenario de 1,5 °C, tanto para su uso directo como para producir combustibles sintéticos. Además, en 2050 la mitad del suministro mundial de hidrógeno será de origen renovable.
En el transporte por carretera, los vehículos de pila de combustible de hidrógeno llegarán a representar el 10% y el 28% de la flota de turismos y vehículos pesados para 2050, respectivamente, según el estudio.
La mayor parte de la demanda de hidrógeno se cubrirá con la producción nacional y casi la totalidad del resto llegará a través de oleoductos de las regiones vecinas. De cara a 2050, la proporción de hidrógeno producido y consumido en la Unión Europea será del 83%.